En cartel

Jairo Camargo protagoniza ‘Villanos de Shakespeare’ en el Centro Cultural Old Mutual de Bogotá

La obra de Steven Berkoff ofrecerá su segunda temporada a partir del 30 de julio. Dirigido por Jorge Hugo Marín, el actor Jairo Camargo hace, acompañado de Juan Pablo Acosta, un viaje interpretativo por algunos de los personajes «malvados» en las piezas de Shakespeare. La obra podrá verse hasta el 29 de agosto en el Centro Cultural Old Mutual, al norte de Bogotá.

 

«…Decidí que quería centrarme en los «malvados» como si fueran un género particular: personajes tarados, agrios, si queréis, incluso mentalmente perturbados. Quería intentar presentarlos al espectador, hacer un breve resumen de la trama y entonces hacer la mía. Recuerdo que nunca fui capaz de fijar realmente de qué quería hablar y que nunca supe qué quería decir. No podía tomar un punto de vista académico cuando hay una montaña de libros que lo desarrollaban mucho mejor que yo. Yo quería explicar los personajes como lo hace un actor y explicar qué significaban para mi. En un período de varios meses, una historia empezó a crecer alrededor de cada personaje y todavía no me había sentado para intentar escribir una tesis clara», expresa Steven Berkoff.

Esta puesta en escena nos sumerge divertidamente entre Ricardo III, Shylock, Yago, Macbeth y Hamlet desnudando pensamientos manifiestos del reconocido actor de cine y teatro Británico Steven Berkoff, (Naranja Mecánica, 007), interpretados en Colombia por Jairo Camargo, en compañía de Juan Pablo Acosta y dirigidos por Jorge Hugo Marín, en una particular versión que proyecta estos pensamientos desde su contexto nacional, haciendo un espejo crítico del diálogo social del que hacen parte.

Personajes tarados, agrios y perturbados que son representados ante el espectador dinámica y reflexivamente por este actor y un tramoyista, quienes repasan y exponen en un escenario —vacío de objetos pero lleno de cuestionamientos—, razones sobre cómo hacer para entender lo qué significan estos «villanos» y como asociarlo fácilmente con actitudes que nos convierten en malos o malvados; y no de una tragedia teatral, sino de la vida misma.


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