J’arrive…!/Marta Carrasco
Señalada por el dedo
Obra: J’arrive…!
Creación: Marta Carrasco
Intérpretes: Marta Carrasco, Adrián Devant, Carme González, Xavi Sáez, Cristina Sirvent
Escenografía: Lluís Danés
Iluminación: Quico Gutiérrez
Montaje musical: José Antonio Gutiérrez
Dirección: Marta Carrasco, Carme Portaceli
Casa de Cultura Municipal- Miranda de Ebro- 30-03-07
Se presenta como un resumen de los diez años largos de vida de Marta Carrasco como creadora de espectáculos de danza-teatro. Una mirada desde hoy a lo hecho en media docena de espectáculos que marcan una línea, una carrera llena de logros, de búsquedas, de un camino que parece no haber hecho nada más que empezar. Esta mirada se convierte en una auténtica antología, por lo tanto es un torrente de imágenes, de escenas brillantes, violentas o tiernas, cáusticas, sarcásticas, con humor, con entrañas, entrañables, fuera de los cánones, formando una impresionante unidad.
No caben dudas, hay un sólido discurso escénico de principio a fin, hay una idea desarrollada, hay una progresión, un camino no rectilíneo, pero un camino marcado con muchas huellas, dejando huellas en muchas direcciones, aromas, noticias de una manera de entender el mundo, la vida, el teatro, la danza, el espectáculo. Una coherencia estética, una energía regeneracionista, un acople de los elementos más allá de las circunstancias y las instrumentalizaciones de lo que aparentan.
Nada de lo que sale a escena es neutro, ni un gesto, ni un zapato, ni un apéndice plástico, ningún detalle del atrezzo, ni el vestuario son casuales. Las sillas, las mesas, el agua o la sandía son del mismo valor significante que las luces o la banda sonora, tan rica, variada, tan sentimental o emocional según convenga en cada tramo. Los movimientos, las interpretaciones, los guiños al público, esa constante manera de señalar con el dedo, como si quisieran aludir de tú a tú a cada persona del público, para que quede claro que no es una acción general, sino algo personal, que te llega, te toca, te involucra, lo sientes como algo que sucede en tus ojos, tu cabeza, tu estómago o tu corazón.
Allá cada cual ante la explosión de colores, movimientos, silencios, imágenes, agua, fuego, olores, una cascada de sensaciones imparables, un juego escénico perpetuo, una suerte de bacanal teatral en donde no hay un segundo para la transición, se respira en medio de cada cabalgada. Y el derroche de calidades interpretativas, un equipo muy dúctil y entregado al espíritu de lo que se narra, una prueba de cantidades, de esfuerzo que siempre se transforma en una sonrisa, una risa, una satisfacción. Cuando entendemos que esos seres humanos están jugando a crear, a hacer teatro, a interpretar un mundo al que nos invitan a asistir, es cuando nos entregamos definitivamente. Y lo disfrutamos. Es una gran espectáculo, posiblemente un punto y seguido en la carrera de Marta Carrasco, pero esta antología es un auténtico legado, un manifiesto. No se lo pierdan.
Carlos GIL