El dramaturgo Jesús Campos (reciente Premio Nacional de Literatura Dramática y Tirso de Molina 2001) es autor y director a la vez de la obra ‘Entrando en calor’, un montaje que se estrenará el próximo viernes en la Sala Galileo y que hace un recorrido por las catástrofes personales y de la Humanidad. Campos, que escribió este texto en 1985 bajo el título ‘De la realidad contemporánea’ («me convencieron para cambiarlo porque parecía un tratado filosófico», dijo), ha ideado una original disposición escénica que inunda parte del patio de butacas y con la que no ha pretendido más que ajustarse a lo que expone en su obra.
La función, explicó hoy, habla de catástrofes personales y generales, ocultas por un intento de reirse de la realidad. Los dos personajes de la misma (Adán y Eva) interpretados por Fernando M. Poika y Pepa Sarsa, tienen un difícil trabajo interpretativo que se inicia en clave de humor pero que finalmente tiene que transformarse a la vista del final dramático que les espera.
Una sola escena de acción directa desarrollada en una hora y veinte minutos sirve a Campos para ofrecer esta función que, siendo realista, no deja de ofrecer una metáfora, «la catástrofe que nos amenaza en medio de un mundo envuelto en papel de chocolatina», argumentó.
Con el sugerente título de ‘Entrando en calor’, el autor y los actores dan vida a la doble vertiente que subyace en el texto: la sexual y la tragedia de una terrible explosión a escala mundial.
El sexo constituye un aspecto fundamental de la obra porque significa la supervivencia de la pareja protagonista, un hombre y una mujer que creen ser los últimos seres humanos de la Tierra tras la gran catástrofe.
Para Fernando Poika, el sexo funciona como un grito de impotencia en estos dos personajes que se encuentran viviendo una situación límite. Por su parte, Pepa Sarsa que tiene un papel mucho más optimista en esta obra que, a su juicio, se apoya en el sarcasmo y la ironía y que, según el propio autor, es una mezcla entre el teatro del absurdo de Ionesco y la comicidad de Arniches.
Respecto a la tan manida crisis de autores dramáticos, Jesús Campos señaló que existe crisis en los ojos que les miran y que no sabe bien si son los del empresario, los del público, los de la prensa… El dramaturgo añadió que debe entenderse la palabra crisis como transformación y, en ese sentido, confió en que sea para bien. En su opinión los programadores adolecen de falta de lectura de textos teatrales. «Esa tarea de selección es fundamental y no lo están haciendo suficientemente», concluyó.
