‘Txalaparta’, la nueva creación que nace del encuentro entre Kukai Dantza Konpainia y Jesús Rubio Gamo, se estrena el 2 y 3 de febrero en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia y podrá verse posteriormente en el Teatro Arriaga de Bilbao (16 de febrero), Teatro Principal de Gasteiz (29 de febrero) y Muxikebarri de Getxo (9 de marzo). Hablamos con Jon Maya Sein, director de la compañía de danza afincada en Errenteria, Gipuzkoa.
¿Qué vamos a encontrarnos en Txalaparta?
Un espectáculo de muchísima fuerza, dinámico, que nace de un proceso de trabajo súper intenso, donde dos trayectorias se cruzan y unen en un momento muy especial, para generar un trabajo también especial. Tendremos 7 intérpretes totales, danza, txalaparta, voz… el rigor compositivo de Jesús Rubio Gamo y la fuerza de la danza de Kukai Dantza. Desde un trabajo compartido se construye una unidad de mucha fuerza. En definitiva, creo que resume muy bien la forma que tenemos de entender el mundo y la creación desde la danza y la música; mostramos cómo suena y cómo baila nuestro mundo.
Con Jesús Rubio Gamo presentaste en 2022 ‘Yarin‘. ¿Tiene ‘Txalaparta‘ algo que ver con ese espectáculo?
En absoluto. ‘Txalaparta’ sigue esa línea de trabajo que la compañía inició invitando y colaborando con coreógrafos externos y que han dado resultados como ‘Gelauziak’, ‘Oskara’, ‘Erritu’… Es un trabajo para grupo, que lo interpretan 7 bailarines; en cambio ‘Yarin‘ responde a otra línea de trabajo que impulsa diálogos entre diferentes expresiones o identidades, en este caso personificado en los bailarines Jon Maya y Andrés Marín. ‘Txalaparta’ es una pieza de compañía, donde Kukai Dantza muestra su fuerza más grupal.
Habrá quien piense que la txalaparta no es un sonido muy «bailable»… ¿Os lo planteasteis como un reto?
La txalaparta es un instrumento, pero como dice Juan Mari Beltrán, también es la forma de interpretar un instrumento: trabajando en alternancia, construyendo algo entre dos que personas, y construyendo algo que no es propiedad de ninguno de ellas y es, al mismo tiempo, de los dos…. Se puede bailar la txalaparta como instrumento y como concepto, como forma de entender el trabajo y las relaciones. También nos gustan los retos, y trabajar con un universo tan nuestro, en el que tanto hemos trabajado y aprendido… para llegar a la construcción de un nuevo universo es muy, muy apetecible.
«Este espectáculo resume muy bien la forma que tenemos de entender el mundo y la creación desde la danza y la música; mostramos cómo suena y cómo baila nuestro mundo.»
Jesús y tú venís de mundos a priori alejados. ¿Cuándo os conocisteis y de dónde partió la idea de hacer algo juntos?
Nos conocemos de encontrarnos en festivales y del propio movimiento de la profesión. Me gusta mucho el trabajo y la visión de Jesús, y soy consciente de que Jesús también ha seguido con atención los anteriores trabajos de Kukai. Iniciamos un diálogo muy sincero sobre dónde estaba cada uno, qué le interesaba a cada cual, las formas de trabajo… y enseguida congeniamos. Como es habitual en estos procesos, hicimos trabajo de campo, un laboratorio… Todo fluyó desde el principio, el entendimiento fue muy rápido… Tras esas conversaciones, le propusimos incorporarse como coreógrafo al próximo proyecto de Kukai Dantza, juntos vimos que la txalaparta era algo que los dos teníamos en mente… y él accedió con muchas ganas desde el inicio. Es como si fuese algo que tenía que llegar. Fue pensar en la txalaparta como tema, pensar en Jesús como la persona más apropiada para incorporarse al proyecto… y todo encajó desde el principio.
¿Cómo se desarrolla el proceso de creación cuando creáis una pieza juntos?
La coreografía es de Jesús y la composición coreográfica nace del trabajo entre Jesús y los y las intérpretes. Pero, siendo una dirección artística compartida, dialogamos mucho y tomamos las decisiones juntos, también en colaboración con el equipo. Es importante que en esas decisiones se tengan en cuenta la línea de trabajo y la trayectoria de la compañía, para que sea coherente con la esencia de Kukai y al mismo tiempo responda a las necesidades de este proyecto específico con el que Jesús se sienta plenamente identificado. Creo que desde esa dirección artística compartida y con mucho diálogo hemos conseguido que ‘Txalaparta‘ sea una pieza muy de Kukai y muy de Jesús. Como la txalaparta, que es de los dos, y de ninguno al mismo tiempo.
Cesc Gelabert, Marcos Morau, Sharon Fridmanm Jesús Rubio Gamo… ¿Qué busca Kukai con estas sinergias?
Una nueva mirada a nuestro trabajo, llevar nuestro trabajo a nuevos contextos de creación, buscar enriquecer nuestro lenguaje… Son muchas cosas. Todos ellos son procesos muy potentes, que creo que dan como resultado creaciones especiales, por la contundencia de sus procesos y el encuentro entre creadores de diferentes visiones.
