Foro fugaz

Jorge Lavelli (1933-2023)

Se despidió el hombre de teatro, el puente entre dos mundos, pasarela entre dos lenguas, paladín del espacio escénico contemporáneo; el franco-argentino que consolidó un estilo de teatro: Jorge Lavelli quien en la madrugada del lunes 9 de octubre recordó en París que La Vida es Sueño.

Del trabajo escénico aparentemente no queda nada, o muy poco, fotos, videos, grabaciones, aunque como el de Lavelli sea pletórico. No es como el cine que aspira, ilusoriamente, a la eternidad. Sin embargo, la fuerza de la escena nos hace que seamos testigos permanentes de aquello que sucedió en el curso de una velada. Las buenas puestas en escena se plasman en la memoria del espectador por su texto, su ambiente, por el teatro en donde se presentan, por la energía de los actores, por la fluidez y creatividad de los directores, por la música, la luz, la escenografía. Así recuerdo intensamente el trabajo de Lavelli, en sus puestas en escena de Copi, o en su creativa relación con el dramaturgo Juan Mayorga. En el estreno de El chico de la última fila, Mayorga me dijo en una entrevista, “ cuando estaba en el Liceo, vi en Madrid la puesta en escena de Jorge Lavelli de Doña Rosita la soltera de Lorca. Esa fue mi principal inspiración para dedicarme al teatro. ¡Qué premio para mi trabajo que ahora sea Lavelli quien presente mi obra en París!”.

Porque esa era una de las pasiones de Jorge Lavelli: presentar obras de autores contemporáneos poco conocidos, y lo hacia con singular eficacia, que lo diga el citado Copi, o Gombrowicz, o Lars Norén entre otros. Pero su abanico escénico abarcaba todo el repertorio teatral clásico y contemporáneo, y más tarde lo amplió en la puesta en escena varias óperas. La más destacada fue Fausto de Gounod de 1975. Recordemos también que en 1985 fue nombrado como el primer director del Teatro de la Colina, el más reciente teatro nacional abierto en París. Ahí estuvo hasta 1996, cuando este novedoso espacio del este parisino ya había consolidado su prestigio, y que lo convierte en un teatro de referencia hasta nuestros días. Teatro, teatro y sólo teatro, y Lavelli fue su emisario.

En estas líneas quiero recordarlo como un personaje vital, reservado y amable, siempre dispuesto a compartir ideas, hombre de cultura y talento. Directores de este calibre nos harán falta en este huérfano y despilfarrado siglo XXI.

Cerramos este evocación de Jorge Lavelli con este pensamiento suyo que ha sido reproducido en varios periódicos: “El teatro debe ser vivo, profundo, ligero, inesperado, real y soñado. Nunca aburrido ni pretencioso. Jamás profesoral, ni conformista, ni servil. El teatro ha sido inventado para poder hablar de la vida y de la muerte”.
Buen viaje Jorge Lavelli.

París, octubre de 2023


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