José Luis Gómez recupera la histórica puesta en escena del «Informe para una Academia» de FRanz Kafka que presentó en España por primera vez en 1971 y que desde hoy hasta el 30 de abril se podrá ver en el Teatro de la Abadía de Madrid, dirigida, interpretada y con escenogría del propio Gómez. En noviembre de 1971, después de varios años de aprendizaje en Alemania, presentó en el teatro de la Zarzuela «Informe para una Academia». Aquel monólogo, basado en el texto de Franz Kafka, fue todo un acontecimiento en el panorama escénico españo. Treinta y cinco años después, José Luis Gómez recupera aquel texto y aquel recuerdo para poner en pie un montaje que guarda, según explicó ayer en su presentación, muchas novedades.
José Luis Gómez,asegura que no ha querido reproducir un éxito, y que poner en pie de nuevo este texto ha sido «una necesidad interior». «He cumplido 65 años y no tengo intención de jubilarme -justifica-, llevo cuarenta años de actividad escénica, y he recibido la medalla de Oro de las Bellas Artes. Es un buen momento para la reflexión, e incluso para la confesión».
Franz Kafka escribió «Informe para una Academia» en el año 1917. En él, un simio se presenta ante la Academia científica para contar cómo era su vida simiesca, que ya ha abandonado después de ser capturado y trasladado a Hamburgo. Según Gómez, Kafka escribió este texto como metáfora del precio que tenía que pagar un judío para ser asimilado en la sociedad alemana. El actor y director va más allá y se refiere en su montaje «al precio que tenemos que pagar todos por nuestra asignación imprescindible al tejido social».
José Luis Gómez ha hecho en esta nueva producción que Pedro el Rojo sea un mono artista y lo ha situado en un espacio ambiguo que tiene algo de camerino, de hogar. «Éste es un espectáculo muy poético con un mundo de poesías y de paradojas muy intenso; está lleno de humor». Con respecto al montaje de 1971, dice el actor y director que «aquello era más bien un recital, y aquí un actor encarna a un personaje. El mundo de Kafka no estaba allí; estaba su texto, pero no era un montaje en realidad». En este espectáculo, al texto de «Informe para una Academia» se le han sumado tres breves cartas de Franz Kafka.
Uno de los aspectos que más destacaron en la puesta en escena de 1971 fue el trabajo físico que realizó José Luis Gómez. Ahora, con treinta y cinco años más encima, el actor y director admite que ha necesitado de un trabajo especial porque está mucho tiempo agachado y con las piernas flexionadas, y que ha realizado también un trabajo de voz, porque «hay muchos ámbitos vocales que no están en la vida diaria». Sin embargo, añade Gómez, «lo que fue epatante en aquella época hoy lo hacen mejor otros muchos actores y no es tan importante en este montaje».
