José Sacristán protagoniza ‘La colección’ en el Teatre Romea de Barcelona
La obra de Juan Mayorga puede verse durante todo el mes de septiembre
El Teatre Romea ofrece durante todo el mes de septiembre la obra ‘La colección‘, escrita y dirigida por Juan Mayorga y protagonizada por José Sacristán, Ana Marzoa, Ignacio Jiménez y Zaira Montes. Es una producción de Lazona y Teatro de La Abadía.
Josep Maria Pou, director artístico del Teatre Romea, afirma que, con este primer espectáculo, el teatro barcelonés llega a un punto álgido. «Tenemos a figuras ilustres, auténticos profesionales a los que doy la bienvenida al Romea, aunque ninguno de ellos lo pisa por primera vez. Juan Mayorga estuvo aquí en 2006 y 2008 y hacía, por tanto, catorce años que no visitaba este teatro. Pepe Sacristán es de la casa y lleva ya cuatro años inaugurando religiosamente la temporada. Ana Marzoa llevaba demasiado tiempo sin venir, Nacho estuvo con nosotros con Lo fingido verdadero y Zaira formaba parte del reparto del primer estreno de El padre protagonizado por Héctor Alterio. Todo el equipo se conoce perfectamente tanto el escenario del Romea como su público y yo me siento muy feliz y honrado de recibirlos en este teatro.” En referencia al espectáculo, Pou cita una de las frases más enigmáticas de Mayorga: «La colección te descubre, no puedes verla y no preguntarte quién eres, porque contiene todo lo que eres y todo aquello que no es».
Juan Mayorga se siente «muy honrado de poder volver a Barcelona y, especialmente, a un teatro tan extraordinario como el Romea» y explicando que, a su juicio, el espectador siempre debería tener la sensación de descubrir una parte de sí mismo, durante una función, y de notar que está viviendo una experiencia importante. Sin embargo, según el dramaturgo, lo que realmente hace grande este espectáculo es la inmensa calidad humana y profesional del equipo creativo y técnico. “Para mí ha sido una experiencia especial y única lo que he vivido en la sala de ensayo con estos intérpretes, especialmente José y Ana. La forma en la que pronuncian un silencio o hacen un gesto… poder trabajar con ellos ha sido todo un privilegio y, conociéndolos fuera del teatro, se entiende por qué son tan grandes en escena. He tenido la suerte de acceder a su propia colección, porque Sacristán es, en efecto, coleccionista. Me refiero a programas de cine y teatro, fotos, cartas y carteles que dan fe de una vida muy rica en encuentros. Quizás el objeto que más me conmovió fue un cuaderno donde un José de apenas veinte años tomaba nota de sus lecturas en una biblioteca de Melilla, ciudad en la que hizo la mili. En este cuaderno perdura un joven Sacristán y su ambición por entender. También me considero muy afortunado de haber conocido a Ana Marzoa y poder decir que somos amigos. Es una mujer increíblemente rica en espíritu y, en la forma en que interpreta al personaje de Berna, podemos reconocer a todos aquellos enormes personajes que ha encarnado en su trayectoria. Siento, igualmente, gratitud hacia Zaira e Ignacio, que reciben aplausos por su trabajo allá donde van. Ignacio interpreta un papel dificilísimo y Zaira resulta tan interesante y absorbente cuando habla como cuando escucha».
«Además de estos cuatro actores – añade Mayorga – he contado con un magnífico grupo de creadores: Alessio Meloni, que ha creado una escenografía muy singular, Juan Gómez Cornejo, responsable del diseño de luz y con un espacio sonoro a cargo de Jaume Manresa y Ana Barceló me ha asistido como ayudante.” Hablando del espectáculo en sí, Juan Mayorga conceptualiza la esencia de la obra cogiendo una cita del filósofo francés Blaise Pascal que afirmaba que «nadie muere tan pobre como para no dejar algo detrás suyo», frase que el filósofo Walter Benjamin completaba diciendo «esto también vale por los recuerdos, aunque éstos no siempre encuentren a un heredero».
Así, para Mayorga, ‘La colección‘ trata, precisamente, «de esto, de nuestras cosas y de nuestros recuerdos y de si estas cosas tendrán herederos».
José Sacristán cree que esta obra «tiene un primer nivel de lectura: dos mayores tienen una colección y piensan que darla a alguien implicaría una reducción. Somos depositarios de todo lo creado y vivido y, al mismo tiempo, transmitimos o delegamos este depósito a aquellos que vienen detrás. La colección no es sólo una colección de objetos, sino también formas de vida. Estamos todos aquí y, al tiempo que coleccionamos, somos coleccionados. Todo está aquí. En definitiva, es una formidable metáfora que permite desarrollar un trabajo que ha sido muy interesante; en especial para mí, viniendo de Miguel Delibes, ha sido muy enriquecedor trabajar con Mayorga y usando esa oblicuidad para aproximarse a los personajes. Esta perspectiva para mí ha sido definitiva, observando cómo Ana proponía el suyo. Ha sido de gran complejidad”