El actor Juan Diego estrenará el día 22 en el Mercat de les Flors de Barcelona la obra de Manuel Vázquez Montalbán ‘El pianista’, dirigido por Xavier Albertí, que cuenta con la participación del pianista Jordi Masó. Tras dos representaciones en Barcelona dentro del Festival Grec, se presentará el 5 de agosto en el Festival de Peralada, el 3, 4 y 5 de noviembre en el Festival de Otoño de Madrid, y el 4 de diciembre en el Teatro de Granollers.
Albertí ha dicho en la presentación que «El pianista» es un encargo de Barcelona ad libitum, empresa vinculada a la agencia literaria Carmen Balcells, que inicia con este espectáculo un ciclo sobre «Música y libros». Según el director teatral, «el público escuchará la música que hay en la novela, una música que testimonia uno de los grandes patrimonios artísticos de la cultura catalana del siglo XX, el pianismo».
Para Albertí, «frente a la ‘música degenerada’ denostada por los nazis, nosotros tenemos una ‘música callada’, silenciada por la Guerra Civil española».
En la novela, recuerda, «Vázquez Montalbán plantea el conflicto interno del artista, su papel dentro de la sociedad y el reto moral del que quiere ser consecuente con sus propias ideas».
Dos personajes opuestos y complementarios a la vez muestran las diferentes alternativas: Albert Rosell, pianista y compositor comprometedor, cuya carrera se trunca con la Guerra Civil, y Luis Doria, viejo conocido suyo, que en todo momento supo estar al lado de quien más le convenía para triunfar como músico en medio de un mundo que se desvanecía.
Albertí subraya que «en ningún momento el autor se posiciona por uno u otro, sino que intenta dar a cada uno las razones de su actuación y en ningún caso propone quién es realmente el fracasado».
El trabajo de selección de Lluisa Cunillé ha cribado la novela en un texto hablado de unos cuarenta minutos, equilibrado con la música que interpreta en directo Masó, obras de Ricard Lamote de Grignon, Josep Maria Ruera, Frederic Mompou, Manuel Blancafort y Robert Gerhard.
Estas obras presentan, según Albertí, la dimensión musical de la historia narrada y aportan «elementos confluyentes entre las peripecias vitales de sus compositores y ciertos aspectos de su contribución a la historia de la música catalana del siglo XX». Juan Diego ha confesado que «cuando me llegó el proyecto, era consciente del riesgo a no llegar, pero al final me decidí porque sentía que era el momento de cumplir mi deseo de hacer algo de Manolo Vázquez Montalbán» y ha calificado «El pianista» como «una muestra de resistencia cultural».
El actor ha aclarado que «no se trata de una lectura del texto, sino de una interpretación», una interpretación en la que da vida a numerosas voces narrativas de la novela, Doria, un sargento de la guardia civil, Rosell, un socialista de los años noventa desencantado, en un ejercicio de virtuosismo sobre el escenario.
Albertí ha remarcado que «el público que vio la película que Mario Gas dirigió sobre ‘El pianista’ encontrará una propuesta artística muy diferente: nosotros nos hemos concentrado mucho en la visión más ética de la novela, mientras que el filme se fijaba más en la peripecia de los ciudadanos en las terrazas de los pisos».
La obra teatral ha conservado además los saltos cronológicos de la historia, que comienza en los años 80 y 90 en la Barcelona portuaria del barrio chino, continúa con la inmediata posguerra y la obsesión de recuperar la música de los personajes y acaba en el París de antes de la Guerra Civil, que ya ha dado el triunfo a Doria y promete el éxito a Rosell.
