La Casa de los siete Balcones
LA CASA DE LOS SIETE BALCONES..
Autor: Alejandro Casona..
Director: Angel Montesinos.
Escenografía: Alfonso Barajas.
Intérpretes: María Fernanda D’ocon, Amparo Pamplona, Francisco Piquer, Vicente Camacho y Carlos Manuel Díaz entre otros..
EL TEATRO Y EL TIEMPO..
Siempre he sostenido que Alejandro Casona es “el poeta del teatro”. Viste de belleza el sentimiento más ruin, el personaje más tenebroso y la acción más deleznable. Nunca he notado el olor a “Naftalina” de sus obras; de “Natacha”, de la “huérfana barca” o de “la sirena varada” a orillas del mar… Más bien al contrario; he tenido en cuenta una época, una motivación, una ubicación y la firme convicción de que el tiempo no puede romper, no puede quebrar la sutil delicadeza de la literatura de Casona. Las necesidades del ser humano cambian. Nuestros fines son diversos. Nuestros intereses inmediatos y nuestros “porqué”… Siguen buscando sus respuestas… Pero el ser humano continúa sintiendo igual. Tal vez, los buenos no son íntegramente buenos y los malos no son rematadamente malos, pero aunque lo neguemos, nos mueve la ambición. Nos paraliza la envidia y seguimos discriminando al diferente, seguimos alejándonos del que mira la vida desde una perspectiva distinta… Por esta razón, el teatro de Alejandro Casona, es indemne a la erosión del tiempo, de los días y de los comentarios maliciosos. La belleza es intemporal… Y si algo lo caracteriza es la belleza y la sabiduría de un auténtico “hombre de teatro”, que marca a la perfección los diversos planos convergentes en un mismo espacio y que sabe introducirnos en el mundo voluble de las emociones.
“La casa de los siete balcones” se alza sobre el emotivo personaje de Genoveva (María Fernanda D’ocon). La eterna juventud de la inocencia, ilumina el único espacio a partir del que gira un argumento sencillo. La ambición y la envidia, ante la inocencia y la generosidad. El mundo material y áspero, frente a los mundos etéreos y sensitivos de Genoveva y Uriel (Vicente Camacho) -¿Mera casualidad, que este frágil personaje, tenga nombre de ángel?-
Angel Montesinos, director de esta puesta en escena, ha contado con un más que solvente reparto. Junto a María Fernanda D’ocon –Soberbia, en el difícil papel de Genoveva-, hallamos a Amparo Pamplona; pasional y calculadora. Junto al joven Vicente Camacho, se sitúa el veterano actor, Francisco Piquer –sobrio y amable, en la moderada caracterización del Doctor… incapaz de descubrir un asomo de locura en “la esperanza” que ilumina los siete balcones de esta casa.-
D’ocon, afirmaba, rotunda, la locura de Genoveva… Tal vez… Pero, prefiero creer que no es así. Quizá, porque, a menudo, no somos lo suficientemente fuertes, para esperar y hacer realidad lo esperado. Quizá, porque a menudo, no somos capaces de decir NO, cuando debemos. Quizá, porque a menudo, se nos acaba la tinta, cuando queremos tachar algo que nos duele, que nos roba el sol y nos anula… Genoveva es, ante todo, VIDA. Quizá, por ello, es un personaje tan rico y tan difícil. Sólo una gran actriz como es María Fernanda D’ocon, podría asumir el inmenso abanico de emociones que esta eterna joven contiene y regala, generosa.
Tal vez, esa casa, propiamente situada a principios del S. XX, no encierre un mensaje social y comprometido. Tal vez, la moral que, a través de sus balcones descubrimos, está un poco pasada… Tal vez, la organización del mundo, el perfecto organigrama dibujado por Casona, no sea tal… Pero eso ya lo sabíamos.
Alejandro Casona, crea un mundo poético, repleto de inmaculada belleza y a él, podemos acceder siempre… Que el teatro debe ser comprometido con la sociedad en que vivimos?… Desde luego. Pero esta afirmación no debe cerrarnos los ojos a otras formas de concebir el teatro, a otras formas de escribirlo. Otras formas plenas de calidad, sensibilidad y buen gusto… Otras formas que, aún así, de oler a algo, huelen a esperanza.