La Celestina
La tragicomedia de Calixto y Melibea de Fernando de Rojas se presentó en el Teatro Trece/Sala del Sena de París dentro del Festival Don Quijote. La Celestina, su personaje principal, se ha convertido en un arquetipo, como los grandes personajes de teatro que se convierten en un arcano: Edipo, Don Juan, Fausto, Hamlet, Tartufo… ¡Qué potencia de escritura! ¡Qué significativo camino para el teatro español! Esta veta encontrada en 1499, se transformó en novela picaresca, mientras que el teatro eligió caminos menos abruptos, ya que la brutalidad de los diálogos asustó a la crítica que desde entonces la catalogó de irrepresentable. El programa de mano del festival añade: En todas las épocas de opresión, la obra fue acusada de nihilista y materialista, lo que es una prueba de su modernidad.
La compañía Bambalina Teatro de Valencia la presenta como un gran guiñol de talla humana. Bambalina Teatro es una compañía que para la puesta en escena de La Celestina, dirigida por Jaume Policarpo, ha encontrado una síntesis entre Artaud y Brecht a través de la marioneta-humano. Artaud por el Doble, representado por la cabeza marioneta que evoca fuerzas extrateatrales; Brecht por el distanciamiento que de suyo dan las marionetas, pero también por la complicidad frecuente entre el manipulador y el público. Teatro cósmico y teatro popular al mismo tiempo.
En esta versión de la Celestina los manipuladores se convierten en los personajes, prestan su humano cuerpo a unas cabezas que son máscara y emblema de fuerzas más allá de los personajes. Celestina, Calixto, Melibea, Sempronio, Pármeno, Areusa… cabezas que se yuxtaponen a las cabezas de los comediantes que devienen personajes de un drama sin fin.
Esta puesta en escena de la Celestina es una invitación a observar la condición humana desde varios aspectos, pobres humanos lanzados en este Valle de lágrimas como dice Rojas al final de la obra. Un mensaje absolutamente brechtiano cuando el actor se desprende del personaje y nos dice el monólogo final del padre de Melibea, un lamento, una reflexión sobre el dolor, la violencia y el amor. Brecht en su forma, Artaud en su contenido. La Celestina del ‘Bambalina Teatro’ es un ejemplo cabal de teatro de la crueldad con sus personajes arquetípicos y la ronda del mal en el pacífico vaivén de un pueblo.
Jaume Policarpo, el director comenta el habla popular de la obra: mientras repienso lo que dicen los personajes y cómo lo dicen reviven en mí infinidad de impresiones de infancia en aquel pueblo mío lleno de gentes cuyos escondidos corazones latían al son de idénticas pasiones y animosidades.
Me maravillo.
Nos maravillan Jaume Policarpo y sus actores, Águeda Llorca y Pau Gregori que con su destreza y habilidad actoral recrean todos los personajes de la Celestina en un desafío que se inicia desde la memorización de todos los diálogos, continúa en los cambios de personaje al vuelo, la manipulación de las cabezas con destreza, sus registros de voz y en esa dimensión onírica que adquiere esta puesta en escena gracias a su trabajo.
Enhorabuena para el Festival Don Quijote y su director-programador Luis Jiménez que con esfuerzo singular ha traído esta Celestina hasta París.