La Sala Joaquín Roncal de Zaragoza acoge el 25 de marzo de 2011 (19.00) el estreno de Coco de Bernard-Marie Koltès que estre marzo de ena la compañía franco-mexicana Théâtre la Boka, residente en Zaragoza. Esta obra, que se compone de solamente tres escenas ya que se trata de una piza inacabada, se presentaba con una dedicatoria a Coco Chanel.
La compañía Théâtre La Boka, creada en el año 2002, desarrolla un trabajo centrado en la investigación y la exploración de los lenguajes teatrales. Así se han adentrado en la vida de Yukio Mishima con una creación propia titulada ‘Seppuku’, se han inspirado en textos del teatro contemporáneo francés con la creación ‘Collages’, o bien se han sumergido en las profundidades de la poesía francesa creando ‘Poètes vos papiers!’.
Para dar continuidad a trayectoria, la compañía pone en escena el último texto de Bernard-Marie Koltès, quien en 1988, después de haber escrito ‘Roberto Zucco’, tenía varios proyectos de escritura que se quedaron inacabados. Uno de ellos, apenas empezado y que se compone de solamente tres escenas, se presentaba con una dedicatoria a Coco Chanel.
El carácter inacabado de este texto, la intensidad de sus personajes, el lenguaje de Koltès fueron algunas de las inalterables razones que llevaron la compañía La Boka a poner en escena Coco. Pero más allá de esto surge una propuesta diferente, alternativa que propone hacer de este dialogo un texto dicho por un solo y único personaje: Consuelo, la sirvienta de Coco Chanel. Una propuesta, que nos adentra en un viaje hacia un territorio fragmentado y lleno de matices.
En una primera residencia de creación, en los locales de la compañía francesa Transe-Express, la compañía se adentra en el texto para llegar a plantearse una puesta en escena que focaliza sobre la noción de encierro y de bucle y a un espectáculo que nos enfrenta a la ausencia, a los silencios, a la respiración, poniendo en perspectiva las técnicas del Butôh, por su concepción marginal del tiempo, del cuerpo, su respiración y su fragmentación.
Así es como asentaron una propuesta donde las palabras, el cuerpo y el universo sonoro dan luz a una situación ‘borderline’. Asumiendo un espacio-tiempo en suspensión así como la ambigüedad de la ausencia-presencia de Coco, el espectáculo deja abierta la puerta al espectador para que pueda adentrarse en la mente de Consuelo y reconstruir a su manera el personaje ausente.
A pesar de la brevedad del texto, es toda la densidad de un mundo en deconstrucción, de una vida en desintegración que se dibuja. Huis-clos fascinante entre una sirvienta y su ama donde los papeles se intercambian, donde las voces se mezclan. ¿Quién es quién? ¿Quién domina a quién? La duda nos invade.
