La compañía Image Aiguë en el Festival de Otoño de Madrid
El Festival de Otoño trae a España, por primera vez, a la compañía francesa Image Aiguë, con su espectáculo ‘Curumi’, una apuesta por la «tolerancia y el antirracismo», según explicó hoy su directora, Christiane Véricel. La obra se representará mañana y el miércoles en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). Véricel explicó la filosofía con la que hace 18 años creó la compañía y que se mantiene viva: la reunión de actores de culturas y edades diferentes. Bajo esta premisa, con la ha llevado a escena una treintena de espectáculos, ‘Curumi’ es una propuesta que parte de la difícil realidad que viven niños y jóvenes albaneses, franceses, macedonios, griegos, gitanos, argelinos turcos, maoríes, palestinos, cameruneses, etc. «El tema central es la dificultad para compartir un territorio y cohabitar», señaló.
«El espectáculo está construído a base de la vivencia de estas personas y demuestra cómo se enfrentan a las dificultades de su entorno», dijo Véricel. «Espero que ‘Curumi’ muestre el viaje de esas condiciones extremas hacia el humor porque lo que sí he observado es cómo surge la vida siempre por encima de todas las adversidades», agregó.
La directora francesa explicó también que en escena cada actor habla en su lengua original si bien existen palabras que aportan claves de lectura y que se han aprendido en español para la ocasión. Asimismo, incidió en la existencia de un lenguaje gestual, una entonación y unos recursos escénicos que facilitan al espectador la comprensión de la obra.
Christiane Véricel se refirió al sentimiento de pesimismo que reina en lo más profundo del ser humano cuando ante los terribles acontecimientos que han sucedido el pasado 11 de septiembre parece estar más latente la desunión entre las personas. Sin embargo, se mostró segura de que la esperanza está en «salvaguardar la vida de los niños».
Los jóvenes actores que temporalmente forman parte de la compañía son elegidos por Véricel en las escuelas y hasta que llegan a escena pasan entre seis meses y un año, «un periodo de tiempo de formación necesario», señaló la directora francesa. Tras esta experiencia la mayoría regresan con sus familias, aunque algunos deciden quedarse en la compañía para hacer las giras o protagonizar otros espectáculos.
Cinco actores adultos de la compañía junto a tres niños integrantes también de la misma, compartirán escenario con niños de los Balcanes y Marsella, en total diecisiete intérpretes que darán vida a ‘Curumi’, una producción que se creó en el Téâtre National de Estrasburgo el año pasado y que ha viajado ya por diferentes países.