Y no es coña

La importancia de una iniciativa cívica

He pasado el fin de semana en Ciutadella de Menorca con motivo de la proclamación del ganador del cuarenta y cinco Premi Born de Teatre, que es el galardón dedicado a las obras dramáticas mejor dotado económicamente (catorce mil euros) y que tiene un añadido importante: se publica en las cuatro lenguas oficiales del Estado español: castellano, catalán, gallego y euskera.

 

Este año se cumplían los cincuenta años desde el primer premio que convoca una entidad cultural de iniciativa privada, el Cercle Artístic de Ciutadella de Menorca, que representa algo muy significativo, porque esta institución centenaria ejerce de una manera constante durante medio siglo esta vocación de incidir en la cultura local, pero con trascendencia universal, con este premio, pero en su desarrollo diario, habitual, sus actividades forman parte de una idea liberal de relacionar la actitud ciudadana personal, en una entidad privada, pero abierta a toda la población, algo que parece olvidado como una manera de procurar contactos con la cultura real, abriendo las ventanas a todo lo más novedoso, y que en lo que nos concierne con un premio que cuenta entre sus galardonados dramaturgas y dramaturgos que hoy son referentes universales.

En esta edición se concatenaron varias efemérides de suma importancia. Se proclamó al ganador en el Teatre del Born, que es un edificio colindante al Cercle, que tienen acceso directo a su ambigú, que el premio toma el nombre del teatro y que llevaba quince años cerrado, en obras para adecuarlo a las exigencias técnicas y de seguridad de estos tiempos. Recuerdo que la última entrega del Born en ese teatro fue con una actuación de «El Brujo» sobre el ‘Quijote’. La duración de esta reforma tiene que ver con asuntos de decisión política del Ayuntamiento, que es su propietario. Dijéramos que estas relaciones entre necesidades ciudadanas, edificios culturales, constructores y políticos son siempre un territorio abonado a los encontronazos. Pero celebremos que esté abierto, aunque deban continuar las reformas para subsanar algunos errores detectados.

La otra coincidencia, o reiteración, o significante tendencia es que la ganó Josep Maria Miró, que es la única persona que lo ha ganado tres veces. Con dos hay alguno más. Pero tres veces en once años, es un bonito récord. Y como nosotros somos desde hace una década quienes editamos las obras ganadoras en castellano y euskera, debemos señalar que su anterior premio ‘El Principio de Arquímedes‘ es la única obra de este premio estrenada en los cuatro idiomas que se edita. Que sigue siendo un título que se nos reclaman porque hay muchas personas interesadas, y que es un texto de éxito en números países, iberoamericanos y europeos. Es un Premi Born que ha subido de manera exhaustiva y exitosa a los escenarios, cosa que no siempre sucede, desgraciadamente, porque a veces la calidad literaria o dramática de un texto no encuentra acomodo en las producciones de su época, por tema, estética, número de actores y muchos otros condicionantes. Es decir, la calidad de la nómina de los ganadores del Born es la que es, sea cual sea su vida escénica, pero señalo como excepcional el recorrido del anterior premio conseguido por Miró.

Y aquí quisiera remarcar la importancia de este premio precisamente por la metodología de su concesión. Vaya de entrada mi absoluta inquietud porque se hayan presentado este año 571 ejemplares para ser juzgados. ¿Hay tantos dramaturgos y dramaturgas silentes en el mundo hispano y catalán? Podemos entender que el confinamiento haya animado a terminar esbozos a unos centenares, pero es una cifra que a mi entender no augura nada bueno, sino una falta de rigor por entender que se premia sin criterios y en este premio, si algo tiene de manera irrenunciable y ejemplar son criterios, rigor. Porque cinco lectores se reparten las obras presentadas y elaboran una ficha técnica, argumentada de cada obra y proponen a los jurados las que consideran premiables. Este año el jurado se ha debido de leer ochenta ejemplares. De esos ochenta seleccionaron cuatro finalistas y en ulterior votación elijen la obra ganadora. La obra ganadora que nadie sabe de quién es. La plica la abre la secretaria del premio y la presidencia del Cercle, pero nadie sabe quién es el ganador o ganadora. Y doy fe de ello porque son muchos años que acudo y por término medio uno o dos de los jurados son amigos de confianza. Y no saben nada. Este año, en concreto, en la cena del día anterior, la que se celebra después de presentar las ediciones de la ganadora del año anterior, apareció en el restaurante Josep Maria Miró, y la sorpresa de la persona del jurado que tenía delante como la mía fue exactamente igual. Una agradable sorpresa. 

Hace unos años, cuando en los Premios Max algunos informadores y críticos de teatro dábamos una Manzana brosiana propuse uno para este premio y cuando ya estaba casi concedido, los servicios jurídicos de la SGE lo impidieron por una cláusula de la convocatoria referida a los derechos de autor, que era un error, porque se debía entender que eran derechos de edición, pero bueno, no se lo pudimos dar. Se merecen todos los reconocimientos, porque desde una iniciativa cívica, privada, se mantiene este premio y se hace desde el lugar más oriental del Estado español, ahora con ayudas institucionales locales, regionales y estatales, pero también con ayudas populares, donaciones de micro mecenazgo que han ascendió este año a los 5.700 euros, lo que todavía engrandece más esta bella iniciativa. 

Por si fuera poco, la amabilidad, el cuidado que tienen con jurados, premiados y editores es tan grande, tan elocuente, que uno se siente un privilegiado formando parte de esta gran idea mantenida cincuenta años, por lo que se trata de algo estructural, ya que pasan presidentes y presidentas, secretariados y se mantiene el mismo espíritu.

La obra ganadora es un monólogo a siete voces titulado ‘El cos més bonic que s’haurá de trobat mai en aquest lloc’. Seguro que se verá pronto en los escenarios porque Josep Maria Miró es uno de los grandes dramaturgos crecido gracias al Born pero que hoy, a mi entender, se retroalimentan y él también da prestigio al Born al ganarlo por tercera vez.


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