La formación CaboSanRoque se instala el jueves 24 de noviembre en AlhóndigaBilbao, donde dentro del festival de reutilización creativa Hondakin, presentará su espectacular concierto donde el instrumento principal es una gran máquina de fabricar galletas rediseñada. Y es que con creatividad e imaginación, cualquier cosa puede cobrar un nuevo valor por inservible que parezca a simple vista. La basura también puede convertirse en música, y CaboSanRoque es un claro ejemplo de ello.
Bajo el nombre de un viejo transatlántico, los catalanes comienzan su andadura en el año 2001 como grupo de música dedicado a la experimentación más lúdica y evocadora, a partir de instrumentos inventados, surgidos de objetos cotidianos tan diversos como máquinas de coser, lavadoras, scaléxtrics, grapadoras o piezas de mobiliario en desuso.
En los últimos años, el trabajo del grupo se ha desarrollado alrededor de las capacidades expresivas musicales y escénicas de instrumentos mecánicos automáticos y su combinación con intérpretes humanos. El próximo jueves 24 de Noviembre el auditorio se convertirá en escenario del espectáculo Torn de Nit, dentro del Festival de Reutilización Creativa «Hondakin», con el que AlhóndigaBilbao se suma a la «Semana Europea de la Prevención de Residuos».
Torn de nit. Serenata para orquesta mecánica
El proceso de creación de Torn de nit se inicia hacia el mes de Noviembre de 2008, provocado por el desmontaje de una línea de producción de una fábrica de galletas. CaboSanRoque ha reaprovechado gran parte del material de las máquinas de esa fábrica para construir una orquesta mecánica completa (con sección de vientos, cuerdas y percusión). Los pistones, electro válvulas, poleas, motores y cintas transportadoras que se habían pasado los últimos veinticinco años produciendo galletas, se recombinan para construir un nuevo fragmento de fábrica, dedicada ahora a la producción de música.
Torn de nit es el último espectáculo del cuarteto barcelonés, y evoca, precisamente, el turno de noche de los trabajadores de esa fábrica, su relación personal y diaria con las máquinas y el sonido -ruido o música- que producían entonces esas mismas bielas, cadenas y pistones.
«Ball de Pistons» (2.010), su cuarto y último disco, está autoeditado, como todos los anteriores, siguiendo esa filosofía del «hazlo tú mismo» que caracteriza a esta sorprendente fábrica de música.
