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La Sala Beckett de Barcelona presenta ‘El cas Gaspard Meyer’

La Sala Beckett de Barcelona presenta a partir del miércoles ‘El cas Gaspard Meyer, o de la influència de la memòria dels indis en una pista de tennis’, de Jean-Yves Picq, una obra sobre la economía en la que se reflexiona sobre la relación entre la verdad y la realidad y el arte como refugio de los creadores, según el director de la obra, Toni Casares. ‘El cas Gaspard Meyer’, traducida por Carles Batlle e interpretada por Oscar Intente y Andreu Rifé, estará en esta sala alternativa hasta el 12 de enero. Es la primera producción propia de esta temporada.
El autor del texto, el francés Jean-Yves Picq, explicó hoy que su obra es una «fábula» porque «hoy es difícil de construir desde la realidad política y al mismo tiempo hablar de lo poético». ‘El cas Gaspard Meyer’ cuenta la historia de un chico que, con diez años, es testigo de la muerte de un niño de su edad durante la construcción de una urbanización en la isla de Madagascar, de la que la empresa contratista, el grupo Meyer Finances, es propietario su padre.
Meyer Finances y las autoridades locales harán todo lo posible para que la muerte del niño no llegue a conocerse. A partir de aquí, Picq traza una obra que habla «del problema de la realidad». Gaspard Meyer se preguntará qué es la realidad, si la oficial o la del cuerpo destrozado del niño, afirmó el autor. Meyer se verá sumido en un estado mental que le obliga a negar la realidad, que le dejará como si fuera autista durante 12 años. Durante este tiempo, el chico dialogará con un vieja india, supuestamente imaginaria.
De ello, Meyer extraerá una visión del mundo «contraria a la de los europeos», dijo Picq. Lo mismo hizo el dramaturgo francés cuando escribió la obra en 1993, una época en la que «nos empezábamos a preguntar sobre el estado del planeta y creíamos que era necesario componer el principio de precaución o seguir como locos con la expansión y el crecimiento» sin límites de la economía. «Las propuestas contra la sociedad civil» ya están escritas en informes del FMI y la OCDE, alertó Picq.
Para el director de la obra, Toni Casares, ‘El cas Gaspard Meyer’ es una de las pocas oportunidades para hablar de política y economía haciendo teatro. Además, más allá del mensaje alarmista contra la sociedad, Casares ve en el texto una «metáfora del miedo de muchos artistas a creer en su propia capacidad para incidir en la realidad».
El artista, o Meyer en esta obra, permanece callado ante una injustica y «tiene miedo de su capacidad imaginativa y fantasiosa», para denunciar aspectos injustos de su sociedad.
Casares señaló que el chico autista, desde su punto de vista como director, «puede ser la del artista contemporáneo que cree que el mundo forma parte de la esfera del arte, una esfera separada de la realidad». «El refugio para el arte y los mitos puede acabar siendo una cárcel» para el creador, según Casares, quien señaló que esta reflexión está «implícita» en el texto de Picq. «Los artistas se refugian en realidades inventadas, que se convierten en su prisión», añadió.


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