La sangre de los árboles
Actrices…representan papeles en el teatro, en la televisión, en la radio o en el cine. En muchas ocasiones, se debate más sobre el medio en el que se desenvuelven que sobre otras cuestiones. Se valora si son actrices de cine o televisión, por lo tanto, si son conocidas, reconocidas y reconocibles. O se debate sobre la validación profesional que da el teatro a las actrices en detrimento de otros medios: «no se es actriz hasta que las tablas no te dan el aprobado». Realmente, a mi me interesa el hecho en si mismo. Cuando dos actrices mediáticas como son Victoria Césperes y Juana Viale se suben a un escenario y tienen credibilidad independientemente en que lugar del mundo estén…eso me interesa. Se enfrentan a un público, cuentan una historia y se ganan al respetable por su capacidad y competencia. Eso me interesa. Y eso ocurrió en San Sebastián. Aquí no eran conocidas ni mediáticas, ni falta que hacía. El público valoró su calidad, su fuerza, su presencia escénica y su verdad encima del escenario, sin ninguna referencia. Parafraseando a Gabriel Calderón, «solo actrices de teatro»… nada más. Y nada menos. Calidad en sus interpretaciones y excelencia. Dos estrellas, en la pequeña sala Imanol Larzabal del barrio donostiarra del Antiguo, que brillaron con luz propia.
Luis Barrales, actor, director y dramaturgo chileno, es el culpable de todo esto. Como dramaturgo no se ha escapado de abordar temas sociales, políticos ni problemáticas intrínsecas de Chile convirtiéndose en un reflejo de la realidad de su pueblo. Una dramaturgia crítica que fue recocida con el máximo galardón en Argentina, con el Premio Florencio, por su obra Shakespeare Falsificado, reconstrucción falsificada de un manuscrito censurado. Barrales, basándose en Macbeth, supone que Shakespeare fue censurado y el texto que llegó hasta nosotros era un texto modificado.
La sangre de los árboles es un texto inteligente que reflexiona con ironía y profundidad sobre la familia, el parentesco y sus relaciones con las distintas identidades socioculturales. En La sangre de los árboles dos mujeres se encuentran por primera vez para descubrir si son o no son hermanas. Barrales se pregunta «¿qué es eso que hace que dos personas se constituyan como hermanas?» Los lazos del parentesco también hay que construirlos. La incertidumbre de la genética, el encuentro de dos desconocidas, las posibilidades que se abren y… ¿las posibilidades que se cierran? Todo dependiendo del ADN. La sangre de los árboles es un drama contemporáneo, conmovedor e intenso. Un excelente trabajo, delicado, sensible y profundo.
En la producción artística Laura Pouso y en la ejecutiva Ignacio Fumero, bajo el marco de Reverso Teatro, plantean una inteligente producción internacional con creadores y artistas de Chile, Argentina y Uruguay. Angela Acuña ha creado la música y en escena Lucía Gómez acompaña con el violonchelo a las actrices. El estrenó fue en el Teatro Mori de Santiago de Chile y ha realizado largas giras por Uruguay, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia llegando a Europa en marzo de 2017. Larga gira para La sangre de los árboles. ¡Sigan la pista!