La señorita de Trevélez/Tomás Gayo Producciones
La banda del Guasa Club
Obra: La Señorita de Trevélez
Autor: Carlos Arniches
Intérpretes: Mundo Prieto, Geli Albadalejo, Roberto Cairo, Julio escalada, Pedro Miguel Martínez, Tomás Gayo, Luis Fernando Alvés, Ana Marzoa, Juan del Valle
Escenografía: Mundo Prieto
Vestuario: José Miguel Lígero
Iluminación: Pedro Yagüe
Dirección: Mariano de Paco Serrano
Producción: Tomás Gayo producciones SL
Teatro Barakaldo – 13-07-07
Unos jóvenes de casino de una supuesta e innominada capital de provincias para matar el aburrimiento se reúnen en un autodenominado Guasa Club con el objetivo de gastar bromas a sus semejantes. Son crueles, cobardes, juegan con los sentimientos de los demás, y en este caso el sujeto de su sarcasmo y vejación es Florita de Trévelez y por extensión su hermano Don Gonzalo de Trévelez. Ella es una soltera no agraciada físicamente y muy cursi, con lo que de una manera colateral se acerca Arniches a un tema que a principios del siglo XX tuvo varios reflejos en los escenarios, la del destino de la mujer sin posibilidad de contraer matrimonio, que era la única posibilidad que se le otorgaba a las mujeres en aquellas sociedades, al que se acercaron desde distintos puntos de vista Lorca y Miura.
Una broma de casino, algo que hoy no parece un asunto primordial en nuestra sociedad, adquiere su valor en el propio desarrollo de la obra, en el mensaje que aparece después de recorrer territorios saineteros, tópicos, para acabar demostrando, siempre con u tono de farsa, el sacrificio bondadosos del hermano con el fin de procurar un ámbito de convivencia, protección y respeto por su hermana, la propia actitud de la señorita de Trévelez, de gran dignidad después de la confusión creada al tener, de repente, dos supuestos pretendientes, y un mensaje directo que escrito hace noventa años nos deja todavía más desconcertados, al proclamar uno de los personajes que la cultura y la educación para todos acabaría con esas prácticas de entretenimiento sarcástico y feroz contra los débiles.
Teatralmente la propuesta es digna, sin alardes, colocándose en el estilo propio del texto, sin excederse, pero sin buscar más posibilidades. Asistimos a la función de estreno, por lo que algunas de las indecisiones, de los nervios desaparecerán con las representaciones y logrará la cohesión que precisa para que el reparto funcione todo en la misma frecuencia interpretativa y el ritmo se mantenga. Se realiza con un buen equipo actoral en un espacio escénico simple y con una iluminación de acompañamiento.
Carlos GIL