Laboral y el teatro asturiano. Para Asturias sin Asturias
El pasado jueves 6 de mayo, mediante una escueta nota en prensa, la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, anunciaba que el próximo mes de julio, al concluir la temporada 2009-2010, finalizaría el contrato del actual equipo de Dirección Artística del Teatro de la Laboral – encabezado por Mateo Feijoo- con la Sociedad Pública RECREA. ¿Una victima más de la crisis?
Desde ACPTA (Asociación de Compañías Profesionales de Teatro y Danza del Principado de Asturias) la primera impresión es de extrañamiento ante el hecho de que el mencionado comunicado de prensa provenga de Consejería de Cultura y no de RECREA, que es la entidad que contrata al señor Mateo Feijoo… Opacidad y misterio siempre han envuelto a esta contratación. ¿No era más esperable que fuese RECREA quien anunciase su cese? O será que lo mas parecido a nuestros gestores culturales es la Santísima Trinidad: RECREA, Consejería de Cultura y Viceconsejería de Cultura, tres entes distintos y una sola persona: la señora Consejera.
Curiosamente en la revista de teatro de tirada nacional ARTEZ, edición digital, aparece la nota completa. Donde los logros y las flores brillan por doquier sin dejar un atisbo de duda sobre la magnifica gestión del señor Feijoo. ¿Esa misma nota no la enviaron a los periódicos asturianos? ¿No se atrevieron nuestros diarios a publicarla integra?
Llenos de perplejidad, los miembros de ACPTA, asistimos atónitos a la gran despedida, a modo de imperator romano, que se le está dando a un equipo, que a instancias de nuestros responsables políticos-culturales, tanto daño ha hecho a las artes escénicas de Asturias. Y, aunque carecemos de datos fehacientes que lo prueben, estamos convencidos de que ese mismo sentir, también se extiende al resto de los profesionales de la cultura asturiana.
Citamos a continuación una parte del comunicado enviado por la citada Consejería a la revista ARTEZ, en la que expresan el agradecimiento a la gran labor de este equipo que les ha permitido abrir las puertas de la vanguardia y de Europa: “El trabajo realizado por el equipo liderado por Mateo Feijoo ha creado una línea artística que ha sabido complementar la programación de los teatros de nuestra región y posicionar al Teatro en los más destacados circuitos de creación escénica contemporánea europea, ofreciendo a los espectadores asturianos una visión privilegiada de las vanguardias escénicas». También hablan del “compromiso con la producción y la coproducción, que complementan la oferta existente en Asturias, con tres grandes teatros públicos en Oviedo, Gijón y Avilés con sus identidades consolidadas, y otros muchos coliseos locales con programación estable”.
Evidentemente, como todo el mundo sabe, el teatro profesional asturiano ha estado totalmente al margen de las actividades teatrales de LABORAL, siendo, curiosamente, el primer espacio teatral con que contaba nuestro gobierno autónomo. Decidieron tomar el camino más difícil, construir algo en la inmensa ninguna parte, ajeno a toda la realidad que lo circunda, por mas que pomposamente dicen en el comunicado que LABORAL ha establecido lazos con los tres grandes teatros de Asturias: ¿cuándo, dónde, cómo, el qué?
Según nos consta, no solo no ha tenido una cierta rivalidad con los grandes (léase Teatro Jovellanos de Gijón), sino que hemos visto mermar la aportación económica al resto de coliseos locales incluidos en el Circuito Profesional Asturiano, a la par que muchas de nuestras compañías históricas tienen que hacer verdaderos malabarismos para mantenerse y las nuevas compañías, junto a las más veteranas, ven disminuidas las posibilidades de mostrar sus trabajos y por tanto de rentabilizar sus inversiones y asentar sus estructuras profesionales
También asegura el comunicado que Mateo Feijoo ha sabido tender un puente que nos conecta con la cultura como centro de experimentación y como plataforma para desarrollar e investigar la cultura de frontera, la que genera avances, cambios, nuevos conceptos y nuevas miras, y la que podrá ser capaz de atraer y crear nuevos espectadores. Perfecto, pero ¿qué pasa con los que ya existen?, ¿qué pasa con la diversidad?
La afirmación del ofrecimiento a los espectadores asturianos de la vanguardia escénica también nos parece excesivamente osada, teniendo en cuenta la escasa afluencia de público y la cantidad de dinero, – también público- , destinado a la misma.
Por último, también constatamos que en su comunicado la Consejería de Cultura no destaca ni una sola presencia asturiana dentro de LABORAL. Sencillamente porque no existe y ello a pesar del éxito de público de la I Muestra de Teatro Profesional Asturiano que tuvo lugar a finales del pasado año y que, de momento, parece que será la última de estas característica debido a que la crisis económica obliga a reducir los presupuestos al igual que la cuantía de las subvenciones de apoyo a nuestra producción (el 50% de lo que ya era una miseria si comparamos con el resto de España).
¿Por qué nosotros, los profesionales asturianos, no tenemos derecho a ser impulsados con la misma fuerza para que nos vean en la España y la Europa de la que acogemos tantas creaciones que, según nos dicen, son los que nos generan avances, cambios, nuevos conceptos y nuevas miras? ¿Nos están diciendo con su indiferencia que no valemos, que no sabemos, que no somos capaces de crear nuevos lenguajes, nuevos estilos…?
La realidad es que la falta de apoyo nos hace cada vez menos competitivos y que no hay una política decidida que apueste por nuestras producciones, que nos facilite coproducciones, que nos haga sostenibles y que genere una industria cultural de nivel en nuestra Comunidad, haciendo posible que también nosotros seamos ejemplo en otros lugares e intercambiemos con los profesionales de las Artes Escénicas de más allá de nuestras exiguas fronteras.
El ejercicio de cinismo es impresionante, al obviar lo que hay porque el esfuerzo que supone apoyarnos les resta la imagen de escaparate que buscan ¿cómo se van a poner a organizar algo que no de sus frutos dorados en los cuatro años que dura una legislatura? ¿Acaso la perversidad se ha apoderado de nuestros representantes hasta el punto de pasar por encima de la creación de empleo, de estructuras sólidas que permitan generar economía y exponer nuestra propia identidad? Nos recuerda el complejo del provinciano, de mira escasa, que siempre busca fuera porque lo de casa es siempre peor. Sin embargo, tenemos en la mayoría de las Comunidades Autónomas ejemplos de lo contrario y con grandes resultados, por cierto.
Vemos con lástima y coraje cómo se escatima precisamente a quienes con sus impuestos hacen posible que se paguen grandes colosos, los espectadores de los que tanto alardean, a la par que no pueden gozar en sus propios municipios ni siquiera del trabajo de los profesionales de nuestra Comunidad.
Una vez, más vuelven a dar un bandazo como ya hicieron en la Escuela Superior de Artes Escénicas de Gijón al quitar los estudios de dirección, sin comprender que la actividad cultural tiene que ir mucho mas allá del horizonte de los cuatro años de mandato, y que los tres años de Feijoo son muy poco tiempo para consolidar un espacio y un público que aún siente miedo y distancia ante todo aquello que suene a “contemporáneo”.
Desde ACPTA nos gustaría saber si también a LABORAL se le ha recortado el 50%, lo mismo que al resto del teatro y danza profesionales de Asturias o como el recorte encubierto del Circuito Profesional de las Artes Escénicas (que es el que realmente llega a todos los asturianos), donde han aumentado los Ayuntamientos que quieren participar pero no la partida de la Consejería, por lo que hay menos dinero para dicho programa.
Desde ACPTA nos gustaría saber qué va a pasar ahora, qué se va a hacer con LABORAL Escena, qué idea tiene la Santísima Trinidad, o si algunos de los cuantiosos recursos que se emplearon en pagar publicidad de LABORAL Escena en revistas del estado español se van a utilizar para promocionar el teatro y danza profesionales de Asturias fuera de nuestra región. Nos gustaría saber también que va a pasar con la II Muestra de Artes Escénicas del Principado de Asturias, que supuso un rotundo éxito en afluencia de público.
Desde ACPTA nos tememos que, en esta época de vacas flacas, se nos intente utilizar a los profesionales asturianos para apagar ese fuego que nosotros no hemos encendido. Y seguro que se conseguirá, pues desde la Viceconsejería de Cultura no se ha hecho más que tratar de dividirnos y enfrentarnos y seguro que más de uno piensa que ha llegado su hora, la hora de la toma del palacio de invierno.
Pero no, en ACPTA sabemos que ese pensamiento es tan solo una simple quimera, producto de la preocupación en la que nos encontramos, casi al borde la extinción. La realidad es mucho más cruel y para muestra a veces sólo basta un detalle: hace días se trajo a Avilés al actor Kevin Spencer a un encuentro con alumnos de Secundaria. ¿Es que los alumnos de Secundaria son más importantes que el teatro profesional asturiano? ¿No hubiese sido más normal que hubiese tenido un encuentro con nosotros, el teatro y la danza profesionales? ¿Es que los asturianos no podemos actuar en Londres? ¿Es que todo lo que viene de allí es mejor que lo nuestro?
Mientras el futuro de LABORAL queda en manos de la Santísima Trinidad, los profesionales del teatro y la danza de Asturias miramos con profunda preocupación nuestro incierto futuro. Nos preocupan los recortes brutales que ha sufrido el presupuesto destinado a apoyar la creación de artes escénicas, pues habíamos tardado diez años en llegar a 135.000 euros anuales, que ahora, de un plumazo, han bajado a 67.000 €. ¿Cuántos años tardaremos en volver a los 135.000? Nos preocupa que el Circuito Profesional esté totalmente degradado, sin recursos y dejado de la mano de dios. Nos preocupa que no se haga nada para que nosotros estemos presentes fuera de nuestra comunidad autónoma, nos preocupa la falta de trabajo, el paro…, nos preocupa sobremanera el peligro de extinción.
Aunque la realidad parece evidenciar que para nuestra clase política, mientras exista LABORAL y sus grandes logros, nuestros problemas no importan lo mas mínimo y si desapareciésemos todos, mucho mejor, un gasto menos.