En cartel

Laura Artolachipi reivindica un cambio hacia la sostenibilidad en el monólogo ‘La hija de Yemayá’

La pieza estará en cartel los jueves en los Teatros Luchana de Madrid

Los Teatros Luchana de Madrid acogen desde el jueves 24 de abril ‘La hija de Yemayá‘, un monólogo escrito e interpretado por Laura Artolachipi, bajo la dirección de Eduardo Bazo, y producido por Green Heart. Aunque está concebido como una película documental de múltiples personajes, la obra, que se representará todos los jueves de mayo, es un monólogo teatral, donde lo escénico, lo audiovisual y un vestuario hecho a base de basura, sirven para la reflexión de valores universales como la libertad, la felicidad y el amor, invitando al espectador a reflexionar sobre cómo el sistema de consumo acabará consumiéndonos.

En esta pieza, Laura Artolachipi encarna a siete personajes, desde la madre coraje de pueblo, hasta la empresaria feroz de una multinacional, pasando por un travestido con el corazón roto, una macarra valiente, una reportera independiente, una mística espiritual o una líder de masas con un toque perturbador. Es, en definitiva, una comedia dramática que invita a reflexionar sobre el desafío que enfrenta un pequeño pueblo andaluz entre el turismo y la conservación de su entorno natural.

En el año 2020, en el pueblo andaluz de Almasij, nace un movimiento social basado en el anticonsumismo, el reciclaje, el amor, la libertad, el arte y la naturaleza, liderado por “La Sirena”; una mujer de procedencia incierta, considerada por algunos como una profeta, por muchos, una demente y por otros, una auténtica estratega. Sin embargo, distintos intereses especulativos y humanos entrarán en conflicto, desatando una escalada de violencia en la región de consecuencias catastróficas.

Vestuario reciclado

El diseño de vestuario de ‘La hija de Yemayá’ está basado en los movimientos “Trashion” y el “Trash Art”; creando arte y moda a partir de basura y elementos reciclados, dando una segunda vida a una amalgama de materiales diversos, que ponen el diseño al servicio de la denuncia.

Así, durante la función, se muestran piezas de vestuario como una falda-miriñaque hecha a base de Dvds, corpiños de chapas de latas, collares de cápsulas de café, penachos de bridas y plástico, batas de mascarillas y guantes de latex, sobrefaldas de bolsas de patatas fritas, o incluso pelucas hechas a base de auriculares desechables del AVE.


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