4ª EDICIÓN
Autor: Eusebio Calonge
Decía D‚Ors que vivir es gestar un ángel para alumbrarlo en la eternidad. Esta cita quizás sirva para acompañar el silencio que se produce en mí al releer estas Orientaciones teatrales de Eusebio Calonge. Un silencio que me hace cómplice y me llena de gratitud con quien, de manera tan explícita, ha sabido poner palabras a tantos años dedicados a la búsqueda de la belleza en el oficio del teatro. El teatro es simple, es el hombre el que lo hace complicado. Vinculado a Dios, se convierte en sacramento. Y si el teatro no es comunión, ¿qué es? En la lectura de estos itinerarios, este interrogante se hace visible, toma cuerpo y, lo más importante, cae en la conciencia del hombre vinculado al teatro. Porque si vivir es arder en preguntas, el teatro debería ser el lugar de las respuestas, halladas no en la razón, sino en la intimidad del alma humana. Respuestas que por otra parte volverán a interrogarnos, porque quizás sea precisamente ése el misterio del teatro: el resucitar las preguntas eternas.