Críticas de espectáculos

‘Llàstima que sigui una puta’/John Ford/ La Pell

Una buena oportunidad para encontrar pura energía

Viernes noche, estoy en el «Teatre Akadèmia» de Barcelona, una sala casi recién estrenada (el pasado 3 de marzo), agradable, diáfana y a la vez cercana, el espacio te da esa proximidad sin intimidar lo que vayas sintiendo. Han pasado los días rápidos, y la semanas también, y consigo llegar a los últimos pases de «Llàstima que sigui una puta» (lástima que sea una puta) de John Ford, una obra polémica (todavía ahora según para quién) basada en el amor entre dos hermanos. «Cia. La Pell» (La Piel), creada en 2010 trabajan, como nos dicen ellos, «en la búsqueda de un lenguaje propio», labor que ejercen bajo el liderazgo de Anna Estrada, su directora teatral. Paseando por su web encontraréis palabras como «compartir», «emociones», «generar reacciones»…, una joven compañía con gran experiencia en cada uno de sus miembros y con ganas, muchas ganas, de trabajar y luchar en estas etapas en las que nos toca vivir. Cito Anna Estrada: «La conexión entre la actuación, el teatro y la sociedad es vital para la innovación en la creatividad». Esta obra ha sido estrenada en el mismo teatro el 6 de septiembre con el sistema de crowdfunding.

Entras en el teatro y los actores te dan la bienvenida, ya en su papel, atravesando el espacio y saludando, elección arriesgada, pero esta vez resulta cómoda y agradable. El inicio es trepidante en todo, texto, acción, voz, músicos en directo…y aún siendo difícil entrar a tal grado de concentración y saturación de información, antes entra el público que no la mayoría de sus actores (desde fuera da la sensación que si hay un momento de calentamiento para entrar cada uno en su personaje antes de abrir el telón, ese momento debería ser mayor). Deberían regular los volúmenes de voz, la ecualización desde el público resulta alguna vez incómoda por los extremos de volumen, ahora flojo ahora excesivo, en una misma escena. También incomodidad sientes en algun actor, que desde fuera no parece a gusto con su personaje, si bien cuando ha pasado media hora, uno tras otro van cumpliendo con sus diferentes colores en la obra. Todos ellos van calentando motores y consiguen deslizarte por la historia al cien por cien.

Sobresalen Pere Anglas por su experiencia, y se notan sus tablas, y Magda Puig por su joven entrega y acierto profesional, ambos desde el primer momento. Y así, ya dentro de la obra, inundado el público de incertidumbres y vaivenes, de repente aparece algun gag que te desencaja, y luego te vuelve a atrapar. Dos horas y media de teatro para disfrutar.

Hay incoherencias de vestuario, entre el figurín (muy bien ideado en su diseño) y la realización del mismo (…?). Me desconcertó también su calzado. La iluminación está absolutamente acoplada a cada escena y a cada necesidad, arropa y destaca a su antojo, resulta perfecta sin querer ser protagonista. La escenografía es interesante y agradable, cumple perfectamente su función de insinuar y acompañar la acción.

Enric Cambray en su rol de Bergetto te pasea por las diferentes escenas, asombra, refresca, evoluciona y crece, y sorprende por su madurez de registros manteniendo el mismo personaje. Lavínia Vila como Putana te va ganando a medida que avanza la obra, por su credibilidad, por su piel (recordando así el nombre de la compañía), por su valentía.

Fantástico el conjunto musical, los tres intérpretes de «Cinemascope» aciertan de pleno al escoger las piezas musicales, que si bien son previsibles, no defraudan ni en su elección ni en su interpretación, la entrega al servicio de la obra es innegable. Carles Salas ha sabido adentrarse para dirigir el movimiento en cada escena, incluso se podría abusar un poquitín más de danza, sólo un poco más. También tengo que mencionar la lucha física ya entre marido y mujer en medio de todo el drama y la historia. Y como escena bien resuelta en todos sus detalles, me quedo con la muerte de Bergetto. Una escena honesta, rotunda y sensible a la vez, llena de contrastes sin pretensión.

Una obra que no os deberíais perder, una buena oportunidad para encontrar pura energía de matices teatral.

Anna Jarque

Compañía: La Pell, www.lapell.org. Obra: «Llàstima que sigui una puta», de John Ford. Género: teatro. Sala: Teatre Akadèmia. Barcelona. Fecha: 28 septiembre, 2012


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