Llega al Arriaga ‘Uz: el pueblo’, una comedia de humor negro con Pepe Viyuela y Pepa Zaragoza
Natalia Menéndez ha adaptado y dirige el montaje de esta obra de Gabriel Calderón que induce a reflexionar acerca de nuestras creencias y sus límites
Reflexión entre carcajadas. Es lo que promete la obra ‘Uz: el pueblo’, que llega al Teatro Arriaga de Bilbao el miércoles 11 y el jueves 12 de octubre (el primer día a las 19:30 horas y el segundo a las 19:00 h. por ser festivo). Con un reparto encabezado por Pepe Viyuela y Pepa Zaragoza y completado por Trinidad Iglesias, José Luis Alcobendas, Ruth Núñez, Ángela Chica, Jaime Soler Huete, Veki Velilla y Julio Bohigas- Couto, se presenta una comedia fuerte, intensa, que no se detiene a mirar a quien daña en el camino y, sobre todo, que hace reír mucho. Y es que ‘Uz: el pueblo‘, escrita por Gabriel Calderón y adaptada por Natalia Menéndez, quien también dirige la obra, es una comedia plagada de humor negro que nos induce a reflexionar acerca de nuestras creencias y sus límites que, llevados al extremo, generan situaciones que desembocan en el absurdo más delirante, haciendo que reflexionemos sobre nuestros valores más tradicionales.
‘Uz: el pueblo‘ es una obra que cumple con lo que, según su autor Gabriel Calderón, debe ser escribir para teatro: juntar ideas que no parecen ir juntas y lograr que en el escenario provoquen una reacción nueva, sorpresiva, contraria a la expectativa, para que nos revele en nuestra frustración los prejuicios de los que estamos armados. Utilizando la poética a través de un humor muy negro e inspirándose en los mitos bíblicos, el dramaturgo uruguayo nos zarandea dejando en evidencia hasta dónde somos capaces de llegar cuando decidimos llevar a la última expresión nuestra fe o nuestro amor, convirtiéndonos de este modo en fanáticos, ciegos e insensibles a lo que ocurre a nuestro alrededor.
Sinopsis
En el tranquilo pueblo de Uz vive la plácida familia de Grace y Jack. Pero hoy Grace tiene un enorme disgusto, acaba de perder su trabajo en la iglesia y está preocupada por cómo va a alimentar a sus dos hijos, una joven autista y un adolescente que aspira a deslumbrar a sus padres. En medio de esta morrocotuda desazón, Grace vivirá una epifanía: va a tener un encuentro con Dios. El Señor Todopoderoso le va a pedir una acción para que pueda recobrar la calma y la alegría. En un abrir y cerrar de ojos, los acontecimientos se precipitan y el pueblo se transforma en un ente irracional.
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