Velaí! Voici!

Lo político & la política en el 68 Festival d’Avignon 2014. Primera parte

Lo político, en lo que se refiere a «la polis», la comunidad, lo social, su funcionamiento, sus derivas, sus miedos y conquistas, sus anhelos… siempre formó parte substancial del arte del teatro, tanto por su naturaleza de trabajo en equipo como por su abordaje, directo o indirecto, de asuntos y conflictos que afectan o atañen a la sociedad en la que se inscribe y a la que se dirige. También, y sobra decirlo, porque no existe teatro sin la congregación de un público.

El público, lo público, lo social y lo político están estrechamente imbricados e incluso podemos considerarlos como un todo único.

Entre las grandes líneas del programa diseñado por Olivier Py para el 68 Festival d’Avignon, que ha comenzado a dirigir este año 2014, hay una gran línea transversal que atraviesa prácticamente todos los espectáculos de esta edición y que se basa en devolver la palabra a los escenarios, rearmada de ideas.

Con la voluntad de «obligar a la política a orientarse hacia lo político», hacia lo social, en estos tiempos de crisis ideológicas y económicas, propiciadas por un sistema capitalista perverso, a expensas de los juegos peligrosos de los bancos y las gigantescas multinacionales. Olivier Py ha confeccionado un programa en el que lo político toma los escenarios del 68 Festival d’Avignon, desde diferentes perspectivas artísticas y culturales.

Lo político enfocado desde la adolescencia en el espectáculo 2014 COMME POSSIBLE, realizado por adolescentes de diferentes edades y estratos sociales, bajo la dirección de DIDIER RUIZ, para descubrirnos que, en el foro de la actualidad, las personas de 14 a 20 años también tienen mucho que decir.

Lo político orientado a los valores fundamentales para construir una sociedad justa en el espectáculo para todos los públicos titulado LA JEUNE FILLE, LE DIABLE ET LE MOULIN, una obra original de OLIVIER PY a partir de un cuento de los Hermanos Grimm.

O el espectáculo de MATTHIEU ROY con la obra de GUSTAVE AKAKPO, también para todos los públicos, titulado MÊME LES CHEVALIERS TOMBENT DANS L’OUBLI, que se cierne sobre la necesidad de ponerse en la piel de los demás para comprender, respetar e integrar a los diferentes.

Lo político como revisión desacomplejada que rompe tabús en el ajuste de cuentas que MARCO LAYERA, y su compañía La Re-sentida, de Chile, acomete sobre la mítica e histórica figura del mártir Salvador Allende.

Lo político como ironía casi esperpéntica de una actualidad en la que soportamos sucesos lamentables orquestados por algunos de nuestros gobernantes. Ese es el caso del cabaret de escarnio que, desde Rumanía, nos presenta GIANINA CĂRBUNARIU en SOLITARITATE.

Lo político en la revisión de las contiendas originadas por la ambición desmedida de los reyes de antaño y que sirven de clara metáfora a muchas de las desgracias que padecemos en el presente, tal cual explota el joven y aguerrido director THOMAS JOLLY en su descomunal HENRY VI de William Shakespeare. Dieciocho horas de espectáculo para la trilogía íntegra en la que Shakespeare nos muestra la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia y la Guerra de las Dos Rosas entre la saga de los York y la de los Lancaster.

Lo político en la realización plástica del poema de Victor Hugo LES PAUVRES GENS dirigido por DENIS GUÉNOUN con los técnicos que han acabado sus estudios en el Institut Supérieur des Techniques du Spectacle. Sin actrices ni actores, desde la propia poesía que emerge de la composición y el trabajo escenográfico, lumínico y sonoro, en conjunción con la dicción sencilla del texto de Victor Hugo en el que aparecen los primeros héroes anónimos, cuyo acto heroico se inscribe, como señala el propio director, en la vida ordinaria.

Lo político derivado de los exilios interiores, de las situaciones cotidianas, de la vida privada, como la de esos seres que viven solos aunque estén, en todo momento, conectados por las nuevas tecnologías, como en NOTRE PEUR DE N’ÊTRE de FABRICE MURGIA.

Lo político de la construcción identitaria femenina, cuyos vestidos culturales y sociales determinan un corsé de género que JULIE NIOCHE desnuda en un espectáculo de danza-teatro titulado MATTER que es, ante todo, un bellísimo poema visual.

Lo político en el teatro de ideas subversivo de IVO VAN HOVE que, en THE FOUNTAINHEAD, confronta dos personalidades casi arquetípicas para medir las relaciones del arte con el sistema comercial en el seno de una sociedad capitalista, a partir de la metáfora de dos arquitectos de renombre y sus vínculos con el poder.

Lo político de la lucha por hacer realidad los ideales en un mundo adverso, cuyas reglas sociales y económicas impiden el desarrollo de las aspiraciones de Maria Braun, la protagonista de DIE EHE DER MARIA BRAUN (La boda de María Braun) de Rainer Werner Fassbinder, adaptada y dirigida por THOMAS OSTERMEIER con la Schaubühne de Berlín.

De la veintena de espectáculos que pude ver en los últimos diez días del Festival IN, más de la mitad responden a esa línea de teatro que incide en lo político para mover la política que nos rige.

Además, tanto en el IN como en el OFF Avignon, toda la profesión de las artes escénicas se movilizó activa y unánimemente para difundir, de manera lúdica, clara y amable, su oposición a la ley del gobierno francés que recorta los derechos y prestaciones de los trabajadores «intermitentes» del mundo del espectáculo, así como los de otros colectivos que esta ley vuelve más vulnerables y precarios, como es el caso de los trabajadores interinos. Pancartas, vídeos explicativos, mensajes de audio, lectura de manifiestos, breves performances, antes o después de todas las funciones.

Para quien tenga paciencia, propongo un viaje a través del análisis de algunos de los aspectos que más me llamaron la atención de los espectáculos que acabo de mencionar.

A continuación sigue la descripción de THE FOUNTAINHEAD de Toneelgroup Amsterdam, dirigido por IVO VAN HOVE; LA IMAGINACIÓN DEL FUTURO de La Re-sentida (Chile), dirigido por MARCO LAYERA; DIE EHE DER MARIA BRAUN de la Schaubühne de Berlin, dirigido por THOMAS OSTERMEIER y SOLITARITATE del Teatro Nacional Radu Stanca Sibiu de Rumanía, dirigido por GIANINA CĂRBUNARIU.

(En los artículos de las próximas semanas seguiré exponiendo el análisis del resto de propuestas mencionadas y otras líneas de programación con sorprendentes hallazgos.)

UNHA HISTORIA DE NOVELA PARA UN TEATRO DE IDEAS

THE FOUNTAINHEAD es un espectáculo producido por Toneelgroup de Amsterdam y dirigido por IVO VAN HOVE a partir de la adaptación de la novela homónima (1943) de Ayn Rand, con dramaturgia de Peter van Kraaij.

THE FOUTAINHEAD formula el debate sobre los parámetros que deben regir la creación y el trabajo artístico, a través de la metáfora de dos arquitectos estrella que representan dos caras opuestas de la construcción humana: el conocimiento, la pasión y el talento indómitos, desde una autoridad profesional y artística sin concesiones al público, en la figura del arquitecto modernista Howard Roark, frente a su colega Peter Keating, cuya ambición y afán de poder no van de la mano ni del talento, ni de la autoestima, sino de la dependencia de los demás, de hacer aquello que sea preciso para llegar a la cima, de satisfacer los gustos de la gente (de los clientes) para alcanzar prestigio y fama.

A lo largo de las cuatro horas de espectáculo que juegan con las 150 páginas en las que quedó la adaptación, de las 687 páginas que tiene la novela original de Ayn Rand, vamos presenciando, mediante la ejecución auténtica (nada impostada ni teatral) todos los matices y contradicciones de unos personajes que se encuentran metidos dentro de un torbellino impetuoso. Unos sucumbirán al torbellino, otros, casi indolentes, le harán frente sin ceder un ápice.

La dramaturgia recoge las escenas climáticas. Aquellas en las que se desarrollan mejor los caracteres a través de sus actividades y decisiones, y las sitúa sin un encadenamiento temporal continuo, sino que las va colocando de forma contigua, unas al lado de las otras, mediante una fragmentación que deja en las elipsis el devenir cotidiano, para mostrarnos solo los momentos relevantes dramática y temáticamente.

Las historias vitales están, aquí, al servicio del desarrollo de las ideas que las animan y las ejemplifican, sin exposiciones teóricas o apenas discursos ilustrativos, sino a través del ejemplo activo de las vidas (del drama).

No le hace falta a Ivo Van Hove echar mano de viejos y gastados recursos brechtianos del teatro épico para realizar un teatro político de ideas. Le basta con crear un paisaje escénico fascinante en el que dispone, simultáneamente, diversas parcelas espaciales diáfanas en las que se van realizando escenas que se solapan, que se engarzan de modo contiguo, mientras los técnicos, los músicos y el mismo elenco actoral, entran y salen, manipulan los dispositivos del escenario para crear efectos audiovisuales que se proyectan o emiten en una pantalla que se yergue en el centro o en las paredes blancas del fondo y del lateral derecho (en el izquierdo hay una pared de cristal como la de un estudio de arquitectura de un rascacielos) que no tocan el suelo.

La creación de ambientes sonoros y musicales, que funcionan apoyando la tensión dramática de algunas escenas o generando un universo paralelo a la acción actoral, para añadirle un complemento performativo sonoro perturbador, juegan un papel importantísimo. Los músicos de BI!ndman utilizan composiciones originales de Eric Sleichim, música de la época (años 20), el minimalismo americano de Steve Reich y mucha percusión.

La iluminación es, mayormente, la de un lugar de trabajo, pero también va estructurando la evolución de la trama al delimitar zonas de actuación, subrayando unas y atenuando otras, o produciendo momentos de alta potencialidad cromática y simbólica que coinciden con clímax de la historia y, en alianza con el espacio sonoro y con los dispositivos escénicos, generan efectos teatrales tan asombrosos como el de la explosión de uno de los edificios más emblemáticos de Howard Roark, en un auténtico huracán que casi arrastra a los actores y hace volar los planos y los papeles todos de los despachos.

THE FOUNTAINHEAD es teatro de ideas, con tesis y antítesis manifiestas, pero sin obviedad y sin recurrir a los aspectos ya conocidos de los conflictos sobre la fidelidad al proceso creativo, desde una independencia fundamentada en la autoridad profesional y artística, que representa el personaje del arquitecto Howard Roark.

También podríamos añadir, sobre el individualismo, casi misántropo, de quien cree firmemente en si mismo, de quien apuesta al cien por cien, desde el conocimiento, renunciando a las concesiones que puedan rebajar esas exigencias en las que se invirtió una entrega total.

Frente a esto, y con todos los matices y vueltas, estaría la alegoría del parásito que se nutre y aprovecha con todo aquello de los demás que le pueda servir para llegar a unos objetivos que por si mismo nunca llegaría a alcanzar. Detrás de esta última actitud se esconde el ser inseguro que depende de los demás, que nunca muerde la mano que le da de comer, que hace todas las concesiones necesarias para llegar donde desea llegar y que adolece de amor propio.

Porque el amor es otro de los ejes fundamentales de THE FOUNTAINHEAD, presentado aquí en su vertiente individual: el amor propio, la fidelidad a uno mismo y al trabajo que uno hace, como extensión de la propia persona.

En su vertiente erótica y sexual: el amor al otro, que en esta dramaturgia colide con el amor propio y se convierte en una especie de relación sadomasoquista entre Dominique Francon, la hija de un magnate de la arquitectura y Howard Roark.

Y, finalmente y paradójicamente, la vertiente del amor a los demás, a la sociedad, que también se antoja conflictivo, sobre todo cuando no consiste en otorgar la razón a los caprichos populares y a las modas, cuando no consiste en doblegarse a los gustos de la mayoría para conquistar su visto bueno.

Ivo van Hove promueve un teatro más subversivo que político al permitirnos, como espectadoras/es, proyectar en la escena nuestros miedos y nuestros sueños, sin ofrecernos las ideas o la ideología de una manera dirigista y cerrada, sino desde su ambigüedad y un cierto aliento poético que conecta los asuntos tratados con la parte más misteriosa y huidiza de las actitudes y acciones del ser humano. Ahí tomar una posición parece cosa de cada cual.

REVISIÓN ALUCINADA DE LA FIGURA MÍTICA DE SALVADOR ALLENDE en LA IMAGINACIÓN DEL FUTURO de MARCO LAYERA y su Cía. La Re-sentida (Chile)

Teatro posdramático político en el que, una vez más, se demuestra que el prefijo «post» nada tiene que ver con eso que algunos críticos y críticas teatrales relacionan con la «posmodernidad» o incluso denominan «teatro posmoderno» (del mismo modo que «posguerra» o «post scriptum» o «post data» o «post coitum» nada tienen que ver con «posmodernidad». Por mucho que esta pese, «posdrama» tampoco nada tiene que ver con «posmodernidad»).

LA IMAGINACIÓN DEL FUTURO es un recorrido posdramático, alucinado y grotesco, al lado de la figura del mítico presidente de la república de Chile, Salvador Allende. Quizás una pesadilla circense y teatral alrededor de un jefe de gobierno utópico y burgués, irreal o incluso «surreal» para que sus ideas hiciesen florecer el país.

En ese ajuste de cuentas por parte de una generación que no vivió las causas ni el asesinato del mártir Allende, porque nacieron en los años 80 y 90, como es el caso del propio director Marco Layera, se puede escuchar el reproche de uno de los actores: «Las buenas intenciones y su amor por el pueblo no bastaron, Sr. Presidente», o la pregunta: «¿Alguna vez creyó usted que todo esto sería posible o solo fue un capricho burgués?»

Un actor mayor, muy semejante a la imagen icónica de Salvador Allende, interpreta al presidente, el resto del elenco son chicos y chicas que juegan simulacros diversos, sobre todo el del gabinete de gobierno: los ministros y ministras que, aquí, parecen, más bien, un equipo de comunicación y publicidad.

Las manipulaciones informativas, los modos de maquillar la realidad y los discursos, por parte de las televisiones, son uno de los recursos de juego más utilizados en esta propuesta, lo cual les permite generar diversos sketches e hibridar diversos géneros teatrales.

La última escena recrea el asesinato de Allende por los militares en el palacio de gobierno. Una actriz narra los hechos, el actor mayor hace el presidente, el resto del elenco mueve los focos y crea efectos escénicos que, junto a la música y a la cámara en mano, sirven para espectacularizar y hacer, como en otros cuadros, clímax de alta rentabilidad ideológica, sin recurrir a un discurso verbal maniqueo, ilustrativo o dirigista.

DIE EHE DER MARIA BRAUN (La boda de María Braun) de RAINER WERNER FASSBINDER. Dirección de THOMAS OSTERMEIER. Producción de la Müncher Kammerspiele y de la Schaubühne de Berlin.

Ostermeier y su brillante equipo se aplican en presentarnos una versión teatral del guión del film de Fassbinder. Mantienen la agilidad cinematográfica yuxtaponiendo escenas en un espacio dúctil poblado de sillas, sofás y mesitas y rodeado de gigantescos ventanales con cortinas blancas. Todo en el escenario se puede mover para organizar diferentes disposiciones con unos mínimos elementos que sirvan para actuar las escenas principales con las que se hila el argumento.

Del mismo modo, los cuatro actores, Thomas Bading, Robert Beyer, Moritz Gottwald y Sebastian Scwarz, cambian de personajes poniendo y quitando pelucas y ropas diversas y adaptando, de una manera magistral, su interpretación, unas veces en un registro más teatral, en los contrapuntos cómicos, otras veces en un registro más realista para darle peso a los conflictos o a los estados en los que se encuentran los personajes. La única actriz, Ursina Lardi, interpreta todo el tempo a la protagonista.

La yuxtaposición de escenas fragmentarias. Las elipsis bien resueltas en las secuencias que les siguen. Los cambios ágiles. El empleo de audiovisuales y un espacio sonoro y lumínico al servicio de la acción… consiguen crear atmósferas muy creíbles sin necesidad de reproducir completamente el contexto de una forma naturalista.

La historia de amor de Maria y Hermann Braun, que se casan a toda prisa entre los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, justo en el momento en el que Hermann debe marcharse al frente… da pie a la historia de una heroína proletaria que, sin dejar de serle fiel al amor de su vida, utilizará todos los recursos que estén en su mano y luchará en un mundo de hombres para llegar a lo más alto, siempre con el horizonte de recuperar a su amado Hermann. Pero una mujer con tanto poder y fuerza asusta y Hermann no la aceptará hasta que él mismo haya alcanzado tanto o más que ella.

A través de la historia de Maria Braun, Ostermeier, hace una revisión del mundo capitalista patriarcal que determina fatalmente a las personas de ambos sexos y marca sus relaciones.

UNA CARICATURA ÁCIDA SOBRE LA SOCIEDAD ACTUAL RUMANA Y EUROPEA

SOLITARITATE, con texto y dirección de Gianina Cărbunariu, es una producción del Teatro Nacional Radu Stanca Sibiu de Rumanía y del Théâtre National Bruxelles en colaboración con el Festival d’Avignon.

La dramaturgia aborda asuntos actuales escandalosos en un tono caricaturesco de la realidad, para dar una especie de cabaré político.

Cinco cuadros en los que se trazan, desde una perspectiva crítica, temas reales y actuales, por ejemplo la construcción de un muro en la ciudad de Baia Mare para separar a la comunidad gitana del resto de la ciudadanía, bajo el eufemismo de una «línea de demarcación» entre la zona de residencia y la zona del tránsito automovilístico, defendida por unos nuevos políticos con alta formación académica en diferentes universidades europeas.

O la escena que mezcla las recomendaciones de retirarle el pasaporte a las empleadas del hogar filipinas, para asegurarse de que no vayan a robar en la casa y después huir, siendo éstas explotadas como criadas y sin unas leyes que las amparen. Mientras consejeros, directores, médicos… se beneficiaron de certificados de invalidez fraudulentos, con indemnizaciones estatales y diversas ventajas fiscales.

O la escena del entierro de la gran actriz Eugenia Ionescu combinada con la construcción multimillonaria (600 millones de euros) de la Catedral de la Redención Nacional de la Iglesia Ortodoxa Rumana, apoyada por el gobierno mientras se cierran tres escuelas públicas cada día, según un reportaje de la Deutsche Welle.

En SOLITARITATE el humor es negro porque los sucesos que parodia son lamentablemente reales, actuales y vergonzosos. El humor en SOLITARITATE es negro porque demuestra la capacidad humana de aguantar o encontrar falaces coartadas a los abusos que se nos infligen.

Los dispositivos escenográficos y la iluminación, ambos de ANDU DUMITRESCU, constituyen lo más novedoso y atractivo de esta propuesta, al margen del tratamiento de sucesos actuales que, como ya he señalado, ponen en evidencia la inmoralidad de quien gobierna y la de quien se deja gobernar de un modo excluyente y tramposo.

En el teatro político de Gianina Cărbunariu actúa la caricatura social realizada por el elenco y, en un nivel paralelo, los recursos escenográficos que también apelan, irónicamente, a los asuntos, pero de una manera menos directa y, por supuesto, más plástica.

La obviedad y la claridad de los temas se supera con la ironía y con el humor ácidos.

La intención, quizás, es incendiar conciencias o encender el motor de la revolución que parece gestarse con demasiada lentitud.

Afonso Becerra de Becerreá.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba