‘Los colibríes’/Garret Jon Gorenveld/NITE/Beatriz Cabur
Mejor su teoría que su práctica
Se presentó en el Teatro Arbolé ‘Los colibríes’, un texto con el que el californiano Garret Jon Groenveld ganó el Concurso Internacional Dramaturgos celebrado en Nueva York el pasado año. La producción corre a cargo de New International Theatre Experience (NITE), una corporación teatral fundada en Nueva York por Doug Howe y Beatriz Cabur con la intención impulsar a los creadores teatrales cuyos trabajos ofrezcan una mirada nueva al teatro del siglo XXI.
La acción de ‘Los colibríes’ transcurre en el año 2020. Dos funcionarios de una oficina de empleo resuelven expedientes de gente que lleva mucho tiempo sin trabajo, asignándoles un empleo (stripper, cavador de trincheras, stripper, limpiador de barras de stripper…). ‘Si puedes andar, puedes trabajar’, es su lema. Su trabajo es rutinario y su relación fría. No les está permitido conocer sus nombres. Un acto de violencia, un atentado, alterará la situación y colocará a cada uno de ellos en circunstancias diferentes.
El espectáculo tuvo muchos y prolongados aplausos, pero en mi opinión, el planteamiento teórico de la propuesta es mucho más loable que su realización práctica. El texto está bien construido, pero está lejos de ofrecer ningún tipo de nueva mirada al teatro del siglo XXI. Un acontecimiento que sucede fuera de escena desencadena el conflicto que anida en el interior de los personajes. La palabra desplaza a la limitada acción y el decir al hacer. Esquema dramático que podemos encontrar en Chejov, Ibsen o la comedia clásica francesa del siglo XVII. Tampoco a nivel de contenido ofrece nada nuevo ni transgresor.
En lo puramente escénico, ‘Los colibríes’ arranca con un logrado documental que nos sitúa en la España de 2020: Madrid celebra sus Juegos Olímpicos, Zaragoza inaugura su última línea de tranvía y Estopa gana Eurovisión. En la primera parte se interpela a los espectadores generando cierta viveza y algún grado de comicidad. Hay un uso limitado y reiterativo del espacio que se hace más evidente en la segunda parte (tras el atentado), donde la acción termina por desaparecer casi por completo y la sensación de lentitud, de que no pasa nada, se incrementa. Hay momentos concretos inspirados (la escena de Dos con su mujer) pero el conjunto se hace en exceso discursivo y desde luego no impacta.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 13 de abril de 2013
Obra: Los colibríes
Autor: Garret Jon Gorenveld.
Produce: New International Theatre Experience/2212.
Intérpretes: Jorge Andolz, Pablo Lagartos y Carmen Cuello.
Vestuario: Ana Sanagustin.
Vídeo: Alex Ríos.
Dirección: Beatriz Cabur.
Teatro Arbolé (Zaragoza)
11 de abril de 2013