Crónica político sentimental
El día en que las manifestaciones de jóvenes contra los recortes en educación y las cargas policiales ardían en más de veinticinco ciudades españolas, la compañía Abiosis Teatro estrenaba «Los hijos de las nubes» en la sala Teatro Cuarta Pared de Madrid. Resulta paradójico que, en el momento crucial que estamos viviendo, haya algunos jóvenes que vuelvan la mirada atrás.
Por supuesto, una cuestión no excluye a la otra; ambas acciones pueden, deben convivir con idéntico grado de justicia y valor. Lo que parece claro es que las protestas por los recortes sociales y la memoria histórica son temas que interesan a la juventud.
«Los hijos de las nubes» es un texto de Lola Blasco que cuenta en primera persona la experiencia de la autora junto a algunos saharauis confinados en campamentos dentro de su propio territorio. La obra narra el viaje desde Gedem Izik, desmantelado el 8 de noviembre de 2010, hasta el Muro de la Vergüenza en la frontera del Sahara Libre con Marruecos. El viaje finaliza en el Valle de los Caídos, España. El texto profundiza en los hechos que transmitieron los medios de comunicación cuando el desmantelamiento en el sentido que muestra una crítica política cargada de emotividad.
El tiempo, el silencio, la precisión de cuerpo, persona, personaje y mito, referencias a Antígona, y el pasaje bíblico del Juicio Final, sirven de argumentos a la autora para entramar lo sucedido con los saharauis y la memoria histórica española: las fosas sin abrir, el Valle de los Caídos, la muerte de Franco. Es decir, la pieza parte de una experiencia personal para reflexionar acerca de un pasado histórico que tiene la página en blanco y es necesario revisar.
A pesar del carácter documental, el texto aporta un conocimiento espiritual de las gentes del desierto. «Rezar es una forma de medir el tiempo», «Uno no puede marcharse mientras se está tomando el té», «Es peor la espera que el combate», «Teme a tu vecino como a ti mismo». Son aforismos cargados de sentido poético con repercusión social.
El montaje de la compañía Abiosis Teatro está dentro del ciclo Impulso Espacio Teatro Contemporáneo y ha sido dirigido por Julián Fuentes Reta quien ha dejado fluir el texto en el sentido amplio del término. Ha realizado una puesta en escena basada en la palabra de forma casi exclusiva. El trabajo narrativo se lo reparten entre los dos actores y la actriz intercambiando personajes y situaciones componiendo una narración coral.
Desde el punto de vista técnico, el espectáculo se aproxima a lo que algunos estudiosos denominan teatro árabe tradicional. En este tipo de teatro, un narrador –a veces en las plazas públicas– cuenta historias personales que mezcla con la fabulación. En realidad, este narrador es un cuentero que informa de hechos ciertos a los que inflama con buena carga emotiva para mantener la atención.
La puesta en escena propuesta por Julián Fuentes Reta posee ese punto inteligente de contar una epopeya, una historia saharaui, con el estilo del mundo árabe tradicional. Y, al tiempo, extrae conclusiones de nuestro mundo europeo que pone en contraste. De este modo, los personajes se interpelan al modo europeo, al tiempo que comparten la narración. El juego escénico se limita a pequeñas acciones que son más ilustrativas, documentales, que acciones clásicas de personajes antagónicos. A veces, las acciones son flases, otras son largos silencios estáticos, otras son los sonidos de los animales, de la multitud, del desierto, del mar.
«Los hijos de las nubes» puede considerarse un poema árabe contado a la manera árabe tradicional. Otra cuestión es que haya gente que no sea capaz de entrar en el juego de la narración porque las acciones físicas se limitan a sencillos bocetos. Pero el emotivo espectáculo tiene un calado testimonial de enorme valor.
Manuel Sesma Sanz
Espectáculo: Los hijos de las nubes. Autora: Lola Blasco. Reparto: Miguel Insua, Delia Vime y Borja Maestre. Iluminación: Jesús Almendro. Dirección: Julián Fuentes Reta. Compañía: Abiosis Teatro. Teatro Sala Cuarta Pared de Madrid, desde 2l 29 de febrero hasta el 10 de marzo.
