Los premios cara B
Pasearse por la página web de los «Premis FAD Sebastià Gasch d’Artes Parateatrals» resulta un viaje apasionante. Entre premiados y miembros del jurado de este certamen que empezó en 1976 figuran grandes nombres de la vida cultural catalana y en concreto de las artes escénicas. Actores y actrices, críticos, intelectuales, vedettes, magos, artistas de circo, músicos, streapers, bailarines, marionetistas, funambulistas, etc. Personas que han propuesto y proponen aún miradas diferentes e innovadoras sobre el mundo del espectáculo. Muchos de los premiados pertenecen a la cara B de la cultura oficial, outsiders del escenario. Gente poco amante de los discursos oficiales, de las modas, de las directrices y de los métodos, lo que a menudo les ha costado el reconocimiento de la cultura en mayúsculas. Y es natural que así sea. Van tan a la contra que hasta el destino les acompaña: el año pasado, me acuerdo perfectamente, celebraron la entrega de los premios el mismo día que se jugaba un Barça-Madrid. Entre esto, y que era lunes, el teatro Almazen de Barcelona debió ser el único escenario en toda la ciudad que aquel día estaba ocupado. No podían ser otros, sino los de familia de los Premios Sebastià Gasch.
Según dicen las bases del premio, cada año se otorgan distintos premios. El Premio FAD Sebastià Gasch, que distingue la aportación más destacada del año, se materializa en una máscara dorada firmada por el poeta Joan Brossa. El Premio de Honor, diploma que se otorga como reconocimiento a la trayectoria de un/una artista, espacio o entidad. El Aplauso Internacional «Joan German Schroeder» a una persona, un trabajo o una entidad extranjera que haya dejado huella en su paso por la ciudad de Barcelona. También se otorgan un numero indeterminado de Aplausos, que son distinciones para una persona, trabajo o entidad que haya destacado por algún aspecto especialmente relevante. Este año el Premio FAD se lo lleva Angélica Liddel, el FAD de Honor es para Albert Pla, el Aplauso de mecenazgo para Elvira Vázquez, el Aplauso para creación emergente para Jordi Oriol i el Aplauso Internacional para Camille Boiteu.
Elvira Vázquez es presidenta de FEM «Fundación el Molino», una entidad que básicamente trabaja por la recuperación artística de la emblemática avenida del Paral·lel de Barcelona. Elvira Vázquez es Paralelo en estado puro. Es esta parte de la cultura barcelonesa, culta, castellana, pija y cabaretera. Entre los socios fundadores de FEM están Emilio Sánchez Vicario y Miguel Bosé, por nombrar a los más mediáticcos. Me gusta que les hayan dado el premio porque, además de ser unos enamorados de lo parateatral y de trabajar por la dignificación de artistas y espacios en decadencia, ciertamente, esto también es Barcelona, aunque haya quienes no lo quieran ver.
Algun apunte sobre los demás premiados. Angélica Liddel, en unas declaraciones que se pueden encontrar fácilmente en youtube, decía justo después de recibir el II Premio de Teatro Valle Inclán (2009), que «es importante que haya una parte crítica de las cosas y que esto se valore, que ya está bien que den premios a gente complaciente, a gente que no tiene nada que decir, por lo menos que nos dejen insultar a gusto». Albert Pla lleva muchos años caminando por el lado salvaje de la vida y los monólogos y los juegos de palabras de Jordi Oriol son tremendamente estimulantes.
En la página web de los premios hay un apartado donde se le permite al visitante poder dar algunas recomendaciones. Se refiere a espectáculos o eventos que han pasado durante el año para que el jurado pueda tenerlos presentes. A mi me gustaría, sin querer meterme donde no me llaman, mencionar a dos personas. La primera es el escenógrafo y director Iago Pericot y la segunda es el payaso Joan Busquets. Creo que las trayectorias de ambos se merecen esta distinción (póstuma en el caso de Joan Busquets).