Los trabajadores del Teatro Real han convocado tres jornadas de huelga, los días 1, 2 y 3 de octubre, coincidiendo con el comienzo de la séptima temporada de ópera, según han informado fuentes del coliseo madrileño. La convocatoria de huelga fue decidida esta semana en asamblea por los trabajadores y comunicada a la dirección del teatro por el comité de empresa, después de que éste decidiera días atrás levantarse de la mesa de negociación del nuevo convenio colectivo, conversaciones que se prolongan desde comienzos de año.
El 1 de octubre está previsto que comience la séptima temporada de ópera del Teatro Real con el estreno de una nueva producción de ‘La Traviata’ de Verdi, con Pier Luigi Pizzi en la dirección de escena y Jesús López Cobos en la musical.
La huelga afectará también a la función prevista al día siguiente, el 2 de octubre. El tercero de los paros, el día 3, no coincide con ninguna representación.
En una nota de la dirección del teatro dirigida a sus trabajadores, la Fundación Teatro Lírico reitera que «va a mantener todos los cauces de negociación posibles con los representantes de los trabajadores» con el objetivo de llegar a acuerdos y evitar así los paros.
«Abierta a seguir acercando posiciones», la dirección del Real advierte, sin embargo, de que «en ningún momento» va «a ceder a medidas de presión de cualquier naturaleza que puedan poner en peligro la viabilidad a medio y a largo plazo del proyecto cultural que encara el Teatro Real».
En su nota a los trabajadores, los responsables del Teatro Real -Inés Argüelles es su actual gerente- recuerda que las negociaciones se han sucedido una vez a la semana hasta junio y dos a partir de septiembre, a la vuelta de las vacaciones de verano. A pesar de todo, «el comité de empresa decidió el pasado día 12 y por sorpresa romper unilateralmente las negociaciones, alegando que no se llegaba a ningún acuerdo y que no se había avanzado nada después de casi un año de conversaciones».
«No existen razones de peso para la ruptura», insiste la dirección del teatro, que asegura estar en condiciones de reanudarlas «en cualquier momento».
El mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, y la consiguiente revisión salarial, un plan de acción social y la reclasificación de categorías laborales son los tres aspectos más conflictivos de las negociaciones, sobre los que la dirección reitera su disposición al diálogo.
