Luces de Bohemia/Ramón María del Valle-Inclán/UR
Sombras
Obra: Luces de Bohemia
Autor: Ramón María del Valle Inclán
Intérpretes: Ramón Barea, Cesáreo Estébanez, Gerardo Quintana, Ione Irazabal, Javier Román, entre otros
Escenografía: José Tomé, Susana de Uña
Vestuario: Elisa Sanz, Maika Chamorro
Iluminación: Miguel Camacho
Dirección: Helena Pimenta
Producción: Ur Teatro
Serantes Kultur Aretoa –Santurtzi – 10-11-02 – Festival Internacional de Santurtzi
No son pocos los que opinan que “Luces de Bohemia” es una de las grandes obras universales del siglo XX. Su estructura tiene muchas dificultades, con muchos espacios donde suceden las acciones, con un reparto amplio, con una incursión activa en los hechos de su tiempo y época estética y política. Es una obra clásica que ha tenido muy pocas oportunidades de ser puesta en escena en las condiciones de producción requeridas. Este es el caso, se trata de una producción potente, con quince actores en escena, con un espacio escénico realmente grandilocuente, espectacular, a la vez que neutro, eficaz, sin significación dramatúrgica considerable debido a su asepsia.
Pero este espacio tan aparatoso, condiciona movimientos, transiciones, iluminación, presiona sobre el tono general, y es ahí donde caen todas las sombras. La de la iluminación, buscando resaltar la escenografía, pero sin ayudar al ambiente general y de cada escena, dejando siempre a los actores en penumbras, como si siempre fuera un juego de sombras que se intuyen, pero que no consigue dar con la clave apropiada.
Influye en la interpretación, donde nos encontramos con una propuesta de Ramón Barea sobre el Max Estrella que no logra contundencia, que parece languidecer, llevado a un territorio de sombras melifluas extrañas. Junto a él, Cesáreo Estébanez con un Don Latino más vital, más brillante y el resto de reparto dando vida a decenas de personajes, pero siempre en un tono menor, como si diera miedo Valle y se quisiera disfrazar de un romanticismo inapropiado. Todo ello, nos da la conclusión de que existe algún desajuste conceptual en la dirección, con lo que nos quedamos frustrados ante un Valle ensombrecido.
Carlos GIL