Sud Aca Opina

Mandarlo todo a…

De vez en cuando, a todos nos ha invadido un deseo incontrolable de mandarlo todo a la mierda. Sin medir consecuencias, ni mediatas ni inmediatas, quisiéramos renunciar a la eterna lucha por sobrevivir en la jungla contemporánea donde ya no corremos el riesgo de ser devorados por un león, pero si por el sistema financiero. Donde ya no tenemos que salir armados con una lanza para cazar y proveer a nuestras familias del alimento necesario, sino que ahora empujamos un carrito de supermercado y paseándonos entre estanterías, vamos recolectando lo indicado en nuestra lista de compras hecha en Siri o Alexa, para terminar desenfundando la tarjeta de crédito y rogando que aun tenga saldo.

La fogata en medio de la cueva gigante ha sido reemplazada por un aire acondicionado para climatizar nuestro nano departamento y los roles que cada uno de los integrantes de un grupo familiar desempeña, antes claros, ahora están trastocados en un caos difícil de ordenar, porque para hacerlo, primero deberíamos entenderlos, y estamos muy lejos de hacerlo.

Y si definitivamente quisiéramos hacerlo, estamos tan agotados por el ritmo esquizofrénico de la vida contemporánea, que ni siquiera tendríamos la energía necesaria como para hacerlo.

Uno, dos, tres, cuatro… dicen que contar hasta diez nos puede ayudar a reencontrar nuestro centro.

Otra falacia con la cual debemos convivir; he contado hasta cincuenta y no pasa nada, la renuncia sigue latente.

Últimamente trato de aferrarme al siguiente postulado:

¿Tienes un problema?

Sí.

¿Puedes hacer algo para solucionarlo?

No.

¿Entonces para que te preocupas?

¿Tienes un problema?

Sí.

¿Puedes hacer algo para solucionarlo?

Sí.

Entonces hazlo y deja de preocuparte.

Es muy fácil escribirlo, pero difícil y hasta imposible, cumplir con estas afirmaciones que a priori son tan sencillas.

Nuestra psiquis agotada, es agredida constantemente por las ideas nefastas, sean estas verdaderas o no, que los medios de comunicación se encargan de difundir 24/7.

Agotados y temerosos, somos fácilmente manipulables, y eso es lo que nos está tocando vivir; una manipulación de nuestras conciencias hecha por diferentes grupos de poder que se benefician de nuestras inseguridades.

¿Y estos grupos no se agotan?

Por supuesto que sí, pero creen que el dinero lo compra todo, cuando en definitiva lo único que termina haciendo, es comprando una bonita tumba con vista al mar.

¿Para qué?

No sé si algún día tendré el valor de mandarlo todo a la mierda, pero al menos, algunas cosas si, y con eso, de seguro podré centrarme en las verdaderas cosas importantes de la vida; los afectos.

La relación con la familia, los amigos, los simplemente conocidos e incluso con algunos desconocidos, puede enriquecernos mucho más que una buena inversión en bitcoins. No creo que nos pueda alcanzar como para comprarnos un automóvil deportivo de ultima generación, o hacer un viaje en crucero visitando algunas islas paradisiacas, pero estoy convencido, que al final de cada día, podremos dormirnos en calma, con la satisfacción de haber mandado uno que otro problemilla a la mierda.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba