María Casares, cien años (1922-2022)
María Casares cumple cien años, una actriz recordada y querida en Francia, a pesar de su partida en 1996. Me asombra que ella esté tan presente en la memoria teatral colectiva, cuando el vértigo de las novedades sepulta hoy lo que premió ayer. Y aunque existen películas, lo de María Casares fue el teatro, la voz, la dicción, la emoción, la vida ante el público. Eso nos demuestra, que aunque efímero, el buen teatro impacta profundamente la memoria.
¡Qué vida la de María Casares! Teatro y más teatro, con su voz grave y rasposa, su intensidad de médium, su risa caustica, su dicción melodiosa. Un portento de la escena. Aunque su principio en el teatro francés fue difícil, a pesar de su talento, pues española de origen, gallega para más precisión, tuvo que luchar con su acento castizo para poder ingresar al Conservatorio Nacional, reto que a base de empeño logró alcanzar.
De joven vivió dos guerras: la Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. De la Guerra Civil le quedó el recuerdo de su huida y exilio en Francia. De la segunda, la ocupación alemana y el encuentro con Albert Camus. Al hablar de este encuentro, yo siento como si estuviera narrando una película de amor, teatro y aventura. ¡Qué encuentro, señores! ¡Qué romance!
Camus-Casares, Casares-Camus, una auténtica historia de amor ilustrada con la reciente edición de su correspondencia. Imagino que en estos tiempos de mensajería instantánea ya no existe el placer de una carta. Pobre juventud que desconoce las virtudes de las misivas, tiempo atrapado en papel y tinta. La tinta es sangre del tiempo. Y ahí queda plasmado ese amor clandestino que sólo interrumpió la muerte accidental del escritor en 1960.
La Casares es un símbolo de fidelidad al teatro. Ahora que se cumplen cien años de su nacimiento se reconoce su trayectoria teatral casi hasta el día de su muerte. Como los grandes quería terminar sus días en el foro. Participó en 120 obras de teatro, según los datos de Wikipedia, aunque también en algunas películas memorables, pero el cine no era lo suyo, ella declaró que prefería el teatro al cine. Y lo demostró siendo un pilar del Festival de Aviñón, desde sus inicios al lado de Jean Vilar, así como una impulsora del nuevo teatro y un pilar del teatro clásico.
En un dato curioso, encontramos su voz en la controvertida grabación de Pour en finir avec le jugement de dieu (Para finalizar con el juicio de dios) una obra casi póstuma de Antonin Artaud, grabada en 1948 y que provocó un gran escándalo por su audacia iconoclasta, y que fue censurada por la dirección de la ORTF (La Radio y Televisión Francesa de la época). María Casares trabajó en esta grabación con el propio Artaud y con Roger Blin.
La encontramos de nueva cuenta en la creación de la obra Les Paravents (Los Biombos) de Jean Genet, dirigida por el propio Roger Blin en el Teatro del Odeón, otro escándalo en 1966. Yo vi a María Casares en una versión posterior de Los Biombos, en 1983, bajo la dirección de Patrice Chéreau, una impresión inolvidable.
A la realidad le gusta las puestas en escena mistificadoras. Se acaba de nombrar a uno de los puentes del Canal Saint-Martin Passarelle Maria Casares, este puente se encuentra muy cerca de la calle dedicada a Albert Camus, en el mismo distrito 10 de París. También se celebran los cien años de Gerard Philipe, es decir que Gerard y María eran de la misma edad y trabajaron juntos en las mismas aventuras de juventud. La Maison Jean Vilard de Aviñón les dedica una exposición fotográfica excepcional, ahí en la ciudad papal, sede de sus primeros triunfos.
El teatro sigue siendo una aventura vital en Francia, en donde se conjuga tradición y audacia; en donde el talento de María Casares y Gerard Philipe sigue vivo en la memoria colectiva, y hay un apoyo al trabajo creativo y colectivo del teatro.
Larga vida a la memoria de María Casares, ¡viva el teatro!
París diciembre 2022