En cartel

Más de 2000 personas disfrutaron del concierto de Goran Bregovic en Mérida

Dos voces búlgaras, una voz solista de Macedonia, un grupo de ocho metales y un percusionista tradicional componen la banda que acompañó a Goran Bregovic en el concierto que ofreció anoche en el Teatro Romano y en el que d urante dos horas el genial músico balcánico y su banda de bodas y funerales hicieron saltar y bailar a los 2.361 asistentes al Teatro Romano. La música de Goran Bregovic casa los sonidos de una charanga gitana con polifonías búlgaras tradicionales, junto a una guitarra y una percusión tradicional con un curioso acento roquero. Todo ello, junto a unos profundos sonidos de las voces del coro, crea una música que reconocemos instintivamente y ante la que se desata el impulso irresistible de bailar tal y como se pudo observar anoche en el Teatro Romano.
Después del estreno de la 51ª edición del Festival de Mérida con Órgano de luz y del concierto de Goran Bregovic, La ópera vuelve a ocupar su espacio dentro de la programación del Festival de Mérida. En esta ocasión llega al Teatro Romano uno de los títulos más importantes de su historia: ‘Norma’, de Vincenzo Bellini. En esta ‘Norma’, protagonizada por la soprano portuguesa Elisabete Matos, se entremezclan tragedia, mitología celta en una Galia ocupada por el Imperio Romano y un lirismo que la convierte en paradigma del ‘bel canto’. Se estrena en Mérida esta noche, (7 de julio) este montaje en el que Gustavo Tambascio, una vez más, nos sorprende con una visión personal sobre una obra clásica y en el que el director musical, Miquel Ortega con su batuta, maneja tanto la voz de los cantantes líricos como el coro y la orquesta ucraniana que interpretan magistralmente la música de Norma hoy 7 de julio y el próximo sábado 9 de julio.

‘Norma’, paradigma del ‘bel canto’
Esta ópera de Bellini (Sicilia, 1801-1835) con libreto de Felice Romani, basada en la tragedia homónima de Louis Soumet, está considerada como el paradigma del ‘bel canto’, un término que se aplica sobre todo actualmente al canto, en particular las arias, de las óperas italianas de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, que son líricas y suaves, donde la melodía fluye dulcemente, en contraposición a las arias de bravura que aparecieron después, encontrando en el genio de Verdi su más alto exponente. En el ‘bel canto’ se utiliza la fuerza dramática de la voz, generalmente en tesituras muy agudas, para rivalizar con las sonoridades, en continuo desarrollo, que realiza la orquesta. Además, este tipo de canto participa del gusto neoclásico del período anterior, el clasicismo, lo cual exige un fraseo amplio, de gran impronta en los recitativos, capaz de trasmitir la atmósfera de la tragedia lírica.
Norma es una sacerdotisa de los druidas. Pese a sus votos litúrgicos de castidad mantiene un idilio secreto con el gobernador romano Polión, al que ha dado dos hijos. Este romance hace que Norma trate por todos los medios de acallar la rebelión contra Roma, esperando que se establezca la paz entre los dos pueblos y así no perder a su amado.
Sin embargo, Polión se enamorará de Adalgisa, otra de las sacerdotisas druidas. Ello provoca el desengaño de Norma y, despechada, hace todo lo posible para que los druidas ataquen Roma. Tras el ataque, Polión ha de ser sacrificado a los dioses en honor a la victoria, pero él no quiere abandonar su nuevo amor. Esta lealtad hace que Norma se autoinculpe de traición, recapacitando sobre sus actos. El amor de Polión por Norma vuelve a nacer y ambos suben juntos a la hoguera.


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