“El público ha sido el gran protagonista de esta nueva edición”, afirmó el director Emilio Hernández en un año en el que se impuso como máxima “la participación”. “Hemos querido que el creador participe como ciudadano y que el ciudadano participe como creador, como una forma de acercar el teatro a la gente, al igual que hacía Lope”, desde la concepción del teatro como una herramienta de cohesión social.
Otro de los valores a destacar ha sido la alta participación del público joven, que ha sido posible gracias a la colaboración de la Junta de Castilla-La Mancha, a través del Instituto de la Juventud, dentro de una edición que alcanzaba hasta el viernes la cuota de los 80.240 espectadores, “un balance altamente positivo, a pesar del difícil momento histórico que estamos atravesando”, dijo el director refiriéndose a la crisis económica.
En la apuesta por las nuevas tecnologías, por primera vez la venta por internet ha superado la venta directa en taquilla o por teléfono. Más del 50% de de las localidades fueron adquiridas a través de la red, por espectadores no solo de España, sino de distintos lugares del mundo.
“El Festival de Almagro es más que un Festival”, es una forma de invertir en el desarrollo económico y cultural de una sociedad que este año ha salido a la calle para vivir el teatro más que nunca.
