Trazas de lo desconocido

Medicina amarga

Estuve durante 6 días en El Salvador. Pero uno nuevo. ese “Nuevo El Salvador” como lo llama el gobierno actual que está en su segundo periodo presidencial. Un periodo que inició con el afán de construir la imagen de una nueva nación, una imagen que ahora es por momentos borrosa y por momentos nefasta. El Salvador Nuevo se ve lindo, pero si se profundiza en el costo, no solo monetario, sino político y humano, en términos de derechos y garantías, es alarmante.

Llegué a tomar una formación sobre artes escénicas y accesibilidad con un tallerista español experto en el tema que durante una semana nos ofreció herramientas, metodología y sobre todo, historia y experiencias personales al respecto. Pero no me interesa hablar del taller. Quiero hablar de la situación que, en el transcurso de la semana, me atravesó completamente, como tomando esa medicina amarga que no te cura, sino que te hace más daño, más incómodo, más inconsciente.

Cuando estaba por salir de Guatemala le escribí a mi papá para decirle que me iba de viaje, él me preguntó a donde iba y empezó a darme una serie de recomendaciones y consejos: tené cuidado, nada de salir de noche, no hagas locuras, etc etc,, y yo, que cuando viajo a El Salvador me da la sensación de estar en mi propio país, le dije: ¡Voy a El Salvador nada más!, y para mi sorpresa, su respuesta fue: ¡Ah! Vas al país más seguro de Centro América, y los dos nos quedamos callados. Porque es difícil hablar sobre la situación de un país ajeno. Por mucho que pretendamos entenderlo, es necesario vivirlo en carne propia o por lo menos contemplarlo de muy cerca.

Mucho se dice que es el país más seguro, un nuevo país con más tecnología, edificios modernos, parques y atracciones, un país donde no te roban, donde ya no hay maras, y no es mentira, pero también hay que decir que hay un permanente estado de excepción.
Me percaté que este no es el sentir de unos cuantos allegados míos, es el sentir de muchos, la mayoría artistas. No se puede decir nada en contra del gobierno o del presidente, no se pueden tener tatuajes porque eso podría implicar ser parte de una mara (pandilla) y si al policía se le da la gana detenerte y llevarte preso lo puede hacer porque el estado de excepción lo ampara y no hay derechos ni garantías que respalden al ciudadano porque “hay que construir un mejor país”. Y en un país que es mejor, ser abiertamente gay atenta contra la vida y la familia, promover la diversidad, la memoria, el empoderamiento, los derechos humanos, y la inclusión es un atentado para esta nueva nación en construcción, (quisiera que se quedara inconclusa, que se les detuviera el proyecto).

En una semana se me instaló en el cuerpo una sensación de constante precaución, de alerta, de querer parecer inofensivo frente a los cuerpos policiales, de cuidar lo que decía y en dónde lo decía. De hablar bajo. Lo amargo fue ese miedo a no verme lo suficientemente masculino, a no poder hablar de diversidad, ni de género, ni de inclusión y ni pensar en una obra de teatro que no sea un guiño al presidente y sus funcionarios. Amargo no querer subir a un bus o ir a otra zona, no por miedo a que me roben (eso ya no pasa en El salvador) sino a que el estado te robe cada día más derechos, si es que te queda alguno. Amargo saber de los despidos y la cancelación de obras, cortometrajes o actividades que aborden lo que consideran no afín a su agenda de gobierno.

Hasta ahora el presidente ha despedido a más de 500 personas que trabajaban en el ministerio de cultura porque no se alineaban a los objetivos del gobierno, en sus propias palabras a través de las redes sociales, Nayib Bukele dijo: “En estos momentos, el nuevo Ministro de Cultura @raulcastillo procederá a la destitución de más de 300 empleados del Ministerio, quienes promueven agendas que no son compatibles con la visión de este Gobierno. Además, ahorraremos fondos públicos en el proceso. La gente eligió un camino y este camino vamos a tomar. Medicina Amarga”.

Diputados y diputadas muestran su apoyo a esta decisión diciendo: “Los promotores de la agenda 2030 no tienen un lugar en el Estado Salvadoreño. ¡Excelente, presidente!”; “El salvador es provida, Profamilia tradicional y la Agenda 2030 no tiene cabida. Así lo pidió el pueblo, así es la visión de nuestro presidente, y así es el camino que los funcionarios deben seguir”.

Programar obras, formaciones, películas o piezas artísticas que estén mínimamente ligados a temas de género y diversidad es ahora no solo ofensivo e incompatible, también es la excusa para desechar a lx trabajadorxs y reemplazarlos por otros/otras que si se ajusten y sigan los parámetros del gobierno.

Esas palabras y ese camino que el presidente de El salvador ha elegido me parecen una forma de borrar la historia del país, de borrar el presente de quienes lo habitan y de escribir el presente de un solo sector. Ningún país es provida si no se preocupan por todas las vidas, ningún país debe regirse bajo la visión única del presidente, el presidente se debe a la visión diversa de sus ciudadanos y ciudadanas.

Cuando Llegué a Guatemala Respiré profundo y me sentí aliviado. No es que aquí me sienta totalmente seguro, pero no me siento atacado por el estado, no me siento vulnerado de esa manera.

Es patético pensar en lo ideal y soñar con los cambios, pero quiero creer que somos más quienes queremos un mundo justo, diverso, y menos violento. Y que, aunque quieran arrancar de raíz a las artes y la cultura de un país, se les olvida que el arte ha trascendido miles y miles de años, de culturas, de territorios, de dictaduras, de guerras y muertes y, aun así, sigue resistiendo y va a seguir existiendo a pesar del miedo.

Me dijeron que tuviera cuidado si quería escribir de esto. No sé si pueda tener alguna relevancia, ¡lo dudo! Pero no podía quedarme con la sensación de haber tomado esa medicina amarga durante 7 días y ver lo que ese poco tiempo provocó en mí, queriendo expulsarlo y decirlo para no guardar nada en ninguna parte del cuerpo.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba