Mesa redonda teatral sobre la obra literaria de Mercé Rodoreda
Con el título “El teatro de Mercé Rodorera. Vigílies d´un centenari”, el jueves 13 de diciembre a las 19:30 en el Ateneu Barcelonés(C/ Canuda, 6, Barcelona) se celebra una mesa redonda que tratará la trayectoria de esta autora, nacida en Barcelona en 1908. En la mesa redonda participarán Toni Casares (director teatral), Sílvia Ferrando (directora teatral), Araceli Brunch (actriz y directora teatral), Marta Pessarrodona (escritora). El moderador de este encuentro será Enric Ciurana. Un acto que ha organizado L´Associació d´Investigació i Experimentació Teatral (AIET). Una escritora autodidacta formada con la poesía popular y patriótica de las obras emblemáticas de Verdaguer y Ruyra, la literatura de quiosco y, posteriormente, el periodismo, que le permitirá conocer a las élites de la literatura en catalán de los años treinta. que debutó en 1913 como actriz en el Teatro Torrent de les Flors con el papel de Ketty en la óbra El misterios Jimmy Samsom, de Paul Amstrong. Se dio a conocer con la novela Aloma. La biografía y la obra de Rodoreda están profundamente ligadas a los acontecimientos culturales y políticos. Sólo asistió a la escuela durante tres años, entre 1915 y 1918, y en dos centros diferentes. Hija única de un dependiente de una armería en la céntrica calle de Ferran y de un ama de casa, su destino parecía el matrimonio. Mercè, una niña solitaria que escribía escuchando y transcribiendo los diálogos de los albañiles que trabajaban en el jardín, según ha dejado escrito en un breve esbozo de memorias, cumplió el destino familiar a los veinte años. Se casó con el hermano de su madre, que había emigrado a Buenos Aires que a menudo contribuía a la economía familiar de su hermana. Joan Gurguí era diecisiete años mayor que ella. De la unión, nació un hijo al año siguiente (1929). La vida de casada despertó en la joven madre un deseo cada vez más fuerte de independencia, de escribir, de tener un oficio. Su etapa de exilio la vive desde 1939 hasta 1972, se refugió en Francia y Ginebra, donde trabajó como traductora. Una de las obras más destacadas de este periodo es La plaza del Diamante (1962), una visión de la guerra civil a través de la vida doméstica y sentimental de una mujer de clase obrera. Dentro de su literatura hay reflexiones sobre la feminidad, el amor, la guerra o el desarraigo. Su última etapa la vivió en Romanyá de la Selva (1972-1983) donde muere. Es autora de Mirall trencat, Jardí vora el mar. Dentro de sus obras teatrales están Viure al dia, El parc de les magnólies, La senyoira Florentina i el seu amor Homer, El torret de les flors y El maniquí.