Micomicón pone en escena las obras de la ‘Trilogía de la memoria’ de Laila Ripoll en la Cuarta Pared
La Sala Cuarta Pared de Madrid hace una interesante apuesta en la programación prevista para el mes de enero con la memoria histórica como eje central. Para ello cuenta con la Compañía Micomicón que será la encargada de llevar poner en escena las obras que conforman ‘La trilogía de la memoria’ de Laila Ripoll. La primera, ‘Atra bilis (cuando estemos más tranquilas)’ estará en cartel del 8 al 18 de enero.
Las tres obras que conforman la ‘Trilogía de la memoria’ son ‘Atra Bilis’, ‘Los niños perdidos’ y ‘Santa Perpetua’, tres espectáculos que nos trasladarán a la historia más reciente de España vivida por diferentes colectivos, víctimas de la represión y el olvido.
Estos tres trabajos de Micomicón han sido escritos por la dramaturga y directora de escena Laila Ripoll, autora y componente de la formación, con los que nos invita a sumergirnos en un viaje por su imaginario cargado de realismo mágico y homenajes literarios. Apoyados por la crítica y el reconocimiento del público y con una andadura y bagaje a sus espaldas, no dejan de ser actualidad debido a su temática. Galardonados en diferentes ocasiones, han atravesado nuestras fronteras y han conseguido valerse de un sello propio y característico de la compañía. Ripoll tras el éxito de otras de sus obras anteriores más conocidas como Unos cuantos piquetitos o La ciudad sitiada decide indagar en el universo de la memoria más reciente de la historia española marcada por dos bandos, el rencor y las mentiras.
La Cuarta Pared ha previsto la exhibición de la trilogía en tres etapas con múltiples sesiones de cada trabajo y para comenzar del 8 al 18 de enero será el turno de ‘Atra Bilis (cuando estemos más tranquilas)’. Un espectáculo que aborda la vejez y el abandono de las mujeres en una España rural donde la muerte y el aislamiento rondan la vida. Cuatro actores Manuel Agredano, Mariano Llorente, Marcos León y José Luis Patiño encarnan la vida de Daría, Nazaría, Aurorita y Lupiana, cuatro ancianas llenas de rencores y recuerdos que desgranarán su vida durante el velatorio del marido de una de ellas. Una situación de tragicomedia en la que sus recuerdos son la historia de España o mejor tal y como afirma la propia compañía: «de las dos españas que nos matan de risa y nos hielan la sangre». Infidelidades, asesinatos y mentiras con las que transcurre el esperpento y que todavía son parte de la realidad que viven algunos lugares rodeados de atmósferas represivas. Estrenada en el año 2001 esta obra vuelve cargada de humor negro y teatro fantástico.
A continuación el testimonio de aquellos niños muertos o desaparecidos en cárceles, trenes o albergues religiosos durante la larga dictadura son el punto de partida de la segunda propuesta que se desarrollará, ‘Los niños perdidos’. Este espectáculo basado en la experiencia de la madre de uno de los componentes de la compañía transcurre en el desván de un orfanato del Auxilio social donde se encuentran tres niños reclutados. El Auxilio Social fue una organización creada durante la guerra civil para trasladar a miles de niños hijos de republicanos asesinados o encarcelados en el que se perseguía reeducar e inculcar el pensamiento al estilo del nuevo régimen franquista, copiado del modelo nazi marcó para siempre la memoria de una generación.
En escena los actores de Micomicón se transforman en Lázaro, Marqués y Cucachica tres pequeños escondidos en un polvoriento desván que recibirán la visita de una inquietante monja ciega. La ternura, el terror y el humor se entremezclan en este relato que conmueve al público y empatiza con los más frágiles y débiles en la guerra, los niños inocentes y débiles, que en todos los conflictos se convierten en las mayores víctimas. La cita para disfrutar de este trabajo será del 22 al 26 de enero.
Por último ‘Santa Perpetua’ será la obra encargada de poner el broche final a esta trilogía representándose del 29 de enero al 2 de febrero. De nuevo persigue que el público no caiga en el olvido, en el olvido esta vez de esos pecados y sentimientos de culpa que se han ido instaurando en la sociedad española, que no han ocasionado nada más que dolor, consecuencias irreparables e injusticia.
De esta manera Marcos León metido en el personaje de Santa Perpetua protagonizará la historia de una mujer encamada, una visionaria, una santa milagrera autoritaria que recuerda el pasado y también prevé el futuro. Desde su cama ejerce el control del mundo ayudada por dos hermanos; sabe la hora a la que se levantan los vecinos, quién sale, quién entra, quién muere, canciones, recetas culinarias…lo sabe todo y lo recuerda todo, excepto aquello que le hace daño, que es lo que le hace sentir culpable, sus pecados sumergidos en un olvido interesado. La autora asegura que en esta obra teatral aborda otros muchos temas pero que su deseo es centrarse sobre todo en la culpa y que Santa Perpetua es el personaje que le ayuda a reflejar la injusticia rodeada de vírgenes y santos, exvotos y banderas, no podrá cicatrizar las heridas de su pasado criminal y depredador.