Atractivo y coherente
La última vez que La Carreta Teatro nos visitó lo hizo para presentar su estimable adaptación para títeres del popular cuento de Hans Cristian Andersen ‘El patito feo’. Ahora vuelven con una adaptación de otro conocido relato: ‘El libro de la selva’, de Rudyard Kipling. El libro es, en realidad, una recopilación de cuentos, teniendo el popular personaje de Mowgli (el cachorro humano criado por los lobos) presencia únicamente en los ocho primeros.
Francisco Pérez Guirado realiza una adaptación pensada para el público más pequeño. Guarda fidelidad al texto original de Kipling, pero simplificando el número de personajes y el propio desarrollo de las peripecias del pequeño Mowgli. Mide bien la cantidad de información que proporciona evitando de esa manera que el relato resulte demasiado denso. El público infantil necesita síntesis, sencillez (que no simplicidad o superficialidad) y concreción. La Carreta, con su ‘Mowgli. El libro de la selva’, lo consigue de forma satisfactoria.
Títeres de mesa, de guante y de varillas inferiores son las técnicas que utilizan los ilicitanos para llevar a la escena las aventuras del cachorro humano. Con una cuidada estética, tanto en la construcción de los muñecos como en el diseño escenográfico, la propuesta resulta atractiva visualmente. Pero el títere, además de ser un elemento plástico es también un personaje que forma parte de una acción dramática. Y desde este punto de vista, La Carreta también acierta. Sus muñecos tienen rasgos idiosincrásicos que les dan personalidad. Toman carácter, actúan y reaccionan con gestos propios, gracias al buen trabajo de los titiriteros (manipulación y caracterización vocal). Se atienden de esta manera los tres elementos esenciales del títere: configuración técnica y estética, papel dramático y manipulación.
La puesta en escena tiene capacidad para la sorpresa, nos hace llegar la historia con claridad, manejando bien el ritmo y estableciendo una correcta jerarquización de los diferentes elementos escénicos. Se hace un interesante uso del espacio y se resuelve bien la presencia simultánea de titiritero y muñeco, a veces como simple manipulador o como narrador en otras ocasiones. La música (incluidas un par de canciones) juega también un destacado papel en un conjunto que tiene estilo, atractivo y coherencia.
Obra: MOWGLI. EL LIBRO DE LA SELVA
Autor: Rudyard Kipling.
Adaptación: Francisco Pérez Guirado.
Compañía: La Carreta Teatro.
Actores/Manipuladores: Manoli Montalvo y Paco Pérez.
Escenografía: Paco Pérez y Manoli Montalvo.
Títeres y vestuario: Manoli Montalvo Coronado.
Iluminación: José Manuel Cerdeiriña.
Música original: Jorge Gavaldá.
Dirección: Francisco Pérez Guirado.
Teatro Arbolé.
16 de junio de 2012
Un tercio del aforo
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 18 de junio de 2012
