Una muestra resume la carrera del director teatral Ricard Salvat (Tortosa, 1934) una de las figuras más importantes del teatro catalán del siglo XX. El director, dramaturgo, ensayista, teórico y catedrático de teatro, es motivo de una exposición titulada ‘Salvat i la seva època’ que se puede ver en el Palau de la Virreina de Barcelona hasta el 12 de octubre. Salvat i la seva època, reúne una selección de fotografías, documentos, libros, carteles, decorados, ropas, cuadros y cartas, pretende colocar en su justo lugar a un intelectual catalán imprescindible.
La muestra recorre cronológicamente la vida y trayectoria de Salvat. Ésta se inició en 1953, en unos momentos en que pedir una subvención era una utopía, cuando dirigió Critón y Eutifrón, de Platón, el primero de los más de 200 montajes que acumula en su currículo, y entre los que destaca su lectura de Ronda de mort a Sinera, de Espriu, que estrenó en 1965. Pero, más que por la cantidad, la importancia de Salvat radica en la trascendencia de su trabajo y la preservación del teatro autóctono durante el duro franquismo, que le censuró. Junto con Maria Aurèlia Capmany, por ejemplo, fundó en 1960 la importante Escola D’Art Dramàtic Adrià Gual y en 1970 dirigió el Teatro Nacional de Barcelona.
De talante liberal, Salvat fue un agitador cultural. El director introdujo el teatro político de Bertold Brecht en Catalunya en los 60 cuando estaba prohibido traducir a autores extranjeros. Por entonces, Salvat trabajaba mucho en el extranjero.
