Grupo A conquista a grupo B que es una facción disidente del grupo C cuando se llamaba D, quien apoya al grupo E tratando de infiltrarse en el grupo J, el que hasta ahora ha resistido las presiones del grupo X por formar una nueva coalición progresista W.
Sólo cambien las letras aunque el fondo siga siendo el mismo. Afganistán, Estados Unidos, Rusia, Isis, Musulmanes, Católicos, Cruzadas, Comunistas, Nazis, Judíos,…
La letra o letras con que se denomine a un grupo humano pasa a segundo plano cuando se tratan de entender los motivos que llevaron a tal o cual situación. La bala que hoy mató a un inocente comenzó a dispararse años atrás en un lugar por lo general muy alejado del espacio donde sucedió el crimen y por supuesto, quien ideó el asesinato, no está presente para ver el resultado de su plan.
Aislar los hechos del comportamiento humano y circunscribirlos a un espacio de tiempo reducido es tan iluso como tratar de tapar el sol con un dedo.
La forma sin duda ha cambiado pero el fondo sigue siendo el mismo.
En la raíz de todo está el contradictorio ser humano capaz de salvar un gatito arriesgando la propia vida o apretar el botón que hará funcionar el complejo mecanismo para lanzar un misil nuclear sobre las inocentes cabezas de una población civil jugando a la libertad.
Somos quienes labramos nuestro destino aunque la mayoría de nosotros sólo seamos uno más de los peones sacrificables no sólo para proteger al rey sino que para hacerlo más poderoso.
No existe ningún secreto ni revelación misteriosa al decir que aquellos que han sabido pararse sobre las cabezas de muchos débiles sin fuerza siquiera para opinar sobre sus propios destinos, son quienes ostentan el poder.
Mientras más grande sea la base de la pirámide, más poder tendrá la roca que se encuentre en su cúspide, por lo que un guijarro de los de abajo ni siquiera es despreciable porque en realidad no existe ni existirá jamás; tiene un peso específico demasiado cercano a cero.
La sociedad contemporánea ha llegado a tal nivel de egoísmo auto referente, que incluso mirarse el ombligo parece distante.
¿Qué mejor forma de recuperar un amplio campo de visión que el recurrir a las artes como unos poderosos prismáticos de vida, capaz de proyectar nuestra visión a todos los tiempos; al pasado teóricamente aleccionador, al presente que por estar tan cerca no nos permite verlo con objetividad y al futuro de posibilidades, todas consecuencia de los 2 anteriores.
La experiencia ya existe:
Las santas cruzadas católicas tomaron como excusa la religión para conquistar nuevos territorios y por lo tanto apoderarse de sus riquezas.
Las coaliciones contemporáneas de los países del mal llamado mundo libre también han tomado la religión. Han potenciado con logística y armamento a fanáticos religiosos que no representan la verdadera cultura de un grupo humano, para tener la excusa perfecta que les permita invadir territorios y apropiarse de pozos petroleros.
¿Estaré divagando?
No es lo que los medios de comunicación masiva nos quieren hacer creer, no es el dinero, es el fanatismo.
Mientras conduzco mi vehículo hacia la gasolinera, creo que se debe terminar a como dé lugar con la terrible amenaza musulmana. Temo ser tratado de disidente por la opinión de mi entorno.
