Críticas de espectáculos

Nadie es perfecto, de Alexander Herold.

Obra: Nadie es perfecto
Autor: Simon Williams
Director: Alexander Herold
Versión: Paco Mir
Intérpretes: Josema Yuste, Lola Baldrich, Andrés Resino, Saida Lamas
Duración: 1h. 50m. (con desc.)
Teatro Lara de Madrid.
No, nadie es perfecto. Y es que parece que hacerse pasar por una mujer no es la mejor manera de cobrar el premio que otorga una revista feminista a la novela capaz de describir la complejidad de lo femenino. Sobre todo cuando la persona en cuestión es Leo, un estadístico cuarentón, gris y aburrido, incapaz de acercarse al sexo opuesto después de su divorcio, que vive con una hija adolescente a la que no entiende, y con un padre mujeriego al que no soporta. Desde su monotonía logra sacar la inspiración necesaria que le permite ganar un concurso reservado a mujeres gracias a una breve novela que firma con un seudónimo femenino.
El personaje travestido es un recurso narrativo al que recurren con frecuencia guionistas de cine y de teatro dada la variedad de situaciones surrealistas que éste suele originar. Nadie es perfecto, la comedia del británico Simon Williams que se presenta en España en versión de Paco Mir, no pretende pasar a la historia del pensamiento. El ánimo del autor no es otro que arrancar un buen número de carcajadas a los espectadores, objetivo que consiguen con creces con un divertido texto -que se presenta en nuestro país en una versión de Paco Mir- y, especialmente, gracias al buen hacer del protagonista. Josema Yuste encarna a la perfección su personaje travestido, Leo, innegablemente influido por la experiencia adquirida durante aquellas inolvidables noches de Martes y Trece, en las que aparecía ante los televisores de toda España con los rulos puestos, tal y como ahora hace.
Este es el mayor problema que debe afrontar Yuste encima de las tablas pues, aun siendo la suya una interpretación notable, no logra zafarse de su exitoso pasado televisivo, creando en el espectador la sensación de que su antiguo compañero de batallas, Millán Salcedo, aparecerá de un momento a otro en el escenario. Sus compañeros de reparto logran la corrección. La también televisiva Lola Baldrich (Compañeros, Médico de Familia) es Alicia, una mujer de fuerte carácter y directora de la revista feminista, que será capaz de cautivar a un Leo que habrá de perder su timidez para travestirse y cobrar, así, el premio por su novela. Andrés Resino encarna la figura de un ocioso y simpático jubilado que traerá de cabeza al serio de Leo; al igual que su hija Bibi, representada por Saida Lamas, todavía poco conocida por el gran público y cuya actuación padece, por momentos, de exceso en las formas. La obra, dividida en dos actos, se desarrolla en tres escenarios permanentes: la casa de Leo, su portal y la oficina de Alicia; lo que ayuda a acentuar el dinamismo de un texto ágil y gracioso, repleto de toques de humor y juegos de palabras que, aunque intrascendente y de final previsible, logrará entretener al espectador.
Itziar Reyero Arregi


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