La compañía andaluza BASUR está estupefacta ante los acontecimientos. El pasado miércoles estrenaban su espectáculo NIUS en el Ayala de Bilbao y hoy ven como la prensa destaca la polémica suscitada “por la crudeza de sus escenas”.
Javier Ugalde, director del teatro dijo que algunas escenas pueden herir la sensibilidad del espectador por su “gran realismo” y que “algunas me han ofendido a mí” recalcó.
El escándalo ha hecho que los miembros de la compañía digan sentirse víctimas de aquello que precisamente denuncian en su espectáculo: “la desmedida afición de los medios por lo morboso” Y es que, a pesar de que el director del teatro dice sentirse “engañado”, su inicial decisión de censurar el espectáculo se ha convertido en un cambio de horario. Esperemos que la otra condición no sea una oportuna campaña mediática sobre el “escandalo”.
Los miembros de BASUR, por otro lado, afirman que denuncian la brutalidad mediática poniendo en cada escena un punto de optimismo, a base de un humor tremendamente corrosivo, pero sano.
Lo escabroso de cada sketch se transforma pronto en absurdo, y así lo terrible pasa a ser cómico: el recién ejecutado, es entrevistado el día anterior a la abolición de la pena de muerte. La escena que retrata un episodio de violencia doméstica, ridiculiza al maltratador y termina con un número musical en el que la familia baila al tiempo que repite un estribillo “la vida en sociedad te puede sentar mal” .
El teatro de BASUR es irreverente y, según a quién, puede incomodar o divertir, pero no es un teatro ”maldito” ni “alternativo” sino una expresión descarnada y cínica de una realidad mucho más terrible y malhumorada.
Yo sí estuve en las representaciones y debo decir que el público se divirtió y el espectáculo se vió interrumpido en varias ocasiones por los aplausos. También es cierto que unas treinta personas abandonaron la sala el día del estreno, casi todos invitados por el empresario del teatro. El resto días no ocurrió nada de eso. Y es que cuando es el público el que elige, casi siempre acierta.
Dicen los miembros de la compañía que muchos jóvenes que han ido a ver el espectáculo (a 16 Euros) se han ofrecido para difundirlo en los foros más apropiados (Universidad, colegios mayores, locales…) en lo que se ha venido a entender como una “lucha por la libertad de expresión”.
Por ahora, parece que la obra se mantendrá en cartel hasta el domingo. Esperemos que no se entere la censura.
