Habitualmente me voy al trabajo en moto, pero como hoy estaba lloviendo, y bastante fuerte, me subí al auto y la acompañé a dejar a los niños al colegio. Vivo a mitad de un cerro y primero tenemos que subir, para luego bajar, lo que nos da la oportunidad de tener vistas privilegiadas sobre la ciudad.
Lo curioso de hoy día, fue que había una nube a mitad de ladera de una montaña cercana. Parecía una mancha de merengue esparcida sobre el relieve de colores fuertes acentuados por el agua.
De inmediato me acordé de una leyenda de los pueblos originarios del extremo sur del continente sud americano, los Tehuelches, en el que las nubes juguetean empujadas por el viento y cuando tocan la tierra, se transforman en bellas mujeres.
Una de estas nubes llamada Teo, fue raptada por un gigante malvado de nombre Noshtex y engendró a Elal, el primer hombre. La leyenda es preciosa porque incluye elementos de la naturaleza como el sol, la luna, la obscuridad, los animales… y a cada uno le asigna una función especifica en la creación del mundo.
La magia de los relatos basados en leyendas ancestrales, tiene la sabiduría de hacernos patente la belleza sin igual de una naturaleza que estamos depredando sin pensar en ese futuro que no viviremos, y muy probablemente, algunas generaciones futuras, tampoco tendrán la oportunidad de hacerlo.
La Isla de Pascua, Rapa Nui o Te pito o te henua, el ombligo del mundo, por ser la isla más alejada de los continentes, se podría considerar como una representación a una escala reducida, de nuestro planeta.
Alguna vez fue un paraíso con arboles como el Toromiro, ahora extinto sobre la isla porque fue talado y utilizado para mover las estatuas de piedra, los Mohais. La isla fue completamente depredada al punto de pasar por un periodo en que el canibalismo fue la única forma de subsistencia.
La sociedad operaba en base a esas estatuas protectoras, esas divinidades, lo que condujo a la casi extinción de una raza única. La creencia en sus dioses casi los extermina. ¿Y cuál es el dios contemporáneo? Divinidades hay muchas y todas deben ser respetadas porque la religión con sus promesas de vida eterna, es necesaria para que el hombre no caiga en depresión ante su futura muerte.
De todas las religiones, creo que la más nefasta de todas, es sin duda la tecnología. Si bien es cierto, nos ha permitido avanzar como sociedad, como muchas cosas, tiene su lado obscuro. No por ella misma, sino por el uso que el hombre hace de ella.
La religión católica no fue quien hizo las cruzadas, sino un grupo de hombres que se valieron de ella para justificar sus actos.
La religión musulmana tampoco es negativa, de nuevo son los hombres quienes la usan como justificación.
Del mismo modo, no es la tecnología que se ha transformado en una verdadera religión, la nefasta, sino que el uso que el hombre ha hecho de ella.
Alguna vez escuché a un gran gurú defendido al plástico como algo que nos ha permitido avanzar, pero lamentablemente, las tortugas marinas no lo saben y se lo comen hasta llenarse el estómago de plástico no digerible y nada de alimento, para terminar, muriendo de inanición.
Ni las religiones, ni la tecnología, ni muchas otras cosas más que utilizamos habitualmente como excusa para descargar la responsabilidad de nuestras desgracias en ellas, son negativas en sí mismas, es nuestro criterio, o más bien des criterio, el que nos puede llevar a ser una nube caída.
