Patrice Lumumba se convirtió con tan solo 36 años en el Primer Ministro de uno de los países más ricos de África, el Congo. La suya fue una historia trágica de ascensión y caída de un héroe, retratada por otro de los mitos del africanismo, el antillano Aimé Cesaire, en «Una temporada en el Congo», texto que sirve de base para el montaje que propone Nuevo Teatro Fronterizo el próximo sábado y domingo 4 y 5 de julio.
Fe versus política
«Lo que hemos entendido de la historia de Lumumba, es que su proyecto era todo un acto de fe. De fe en la honestidad y en el poder de los ideales para cambiar el mundo», explica el director de la propuesta, Juan Ayala, quien firma una actualizada versión del texto de Cesaire. Y añade: «por eso proponemos al público que se haga cómplice de la propuesta, sumándose a otro acto de fe: que confíen en que los actores no son blancos, sino negros, y que este público es una asamblea de congoleños convocada para revivir el proceso».
Afirma también: «Si el teatro es en sí mismo un acto de imaginación, en nuestra propuesta es un acto de fe. No solo pedimos al público que imagine que lo que ve es lo que fue, sino que vaya mas allá: que crea que lo que ve ocurrió de verdad. La fuerza de la propuesta reside, sin duda, en que cuenta una historia real».
La propuesta tuvo su primera experiencia escénica dentro del ciclo «Legado teatral del s.XX. El teatro a la escucha de la historia», organizado por Nuevo Teatro Fronterizo y Le Monde Diplomatique con la colaboración de La Casa Encendida. A partir del interés suscitado en ese apunte escénico, tanto de cara al público como del grupo creativo reunido, se apostó por avanzar a un verdadero montaje teatral, cuyo estreno se podrá ver en el marco de la primera edición del Festival Fringe Madrid.
La frescura y versatilidad de la puesta en escena, se mezcla con el interés de la historia de Lumumba y de una África en el momento vertiginoso de las independencias reconquistadas. Un continente sacudido por revueltas, golpes de estado, choques de civilizaciones e intereses, intrigas políticas y maniobras de grandes potencias, que encuentran rienda suelta en el terreno acotado del subdesarrollo.
«El espectáculo apela a la imaginación del público por razones esenciales. En la época del fin de las ideologías , del fin de las creencias, del fin de la fe. ¿Qué sentido tiene para nosotros la historia de este visionario?», es la pregunta que lanza al espectador el director y adaptador de la obra.
