Nuria Espert presentó su libro de memorias ‘De aire y fuego’
La actriz Nuria Espert criticó durante la presentación de su libro de memorias ‘De aire y fuego’ (Aguilar), la situación del panorama teatral actual en el que dijo faltar de todo: esfuerzo de los empresarios, buenas interpretaciones y exigencia por parte del público. «El teatro nacional vive un bajón en general. Estamos pasando por un mal momento y la cartelera en Madrid y Barcelona es muy pobre», aclaró. Espert, que recuerda con nostalgia la época en la que había diez buenos espectáculos en la capital, alabó el teatro de provincias, que sigue contando «con la pasión de la gente».
Esta catalana, que debutó a los 14 años en la compañía del Teatro Romea y que se dio a conocer a los 19 con su interpretación de Medea, refleja en su libro de memorias «la pasión y el fuego» que ha marcado su carrera. «Pensé que todavía no había llegado el momento de escribir mis memorias porque me quedan todavía montones de errores que cometer, pero me han convencido», aseguró la actriz, quien ha redactado sus memorias con la colaboración del escritor y crítico de teatro de El País, Marcos Ordóñez.
«De aire y de fuego» es el título que resume su andadura por todos los estadios del teatro. Desde barrendera, administradora, gerente, actriz o empresaria, este libro no sólo perfila la figura de un mito del teatro sino que también refleja las complicadas relaciones con otros actores, los problemas técnicos de algunos montajes, o las dificultades económicas y políticas de algunas compañías.
En este sentido, Nuria Espert aclaró su contencioso con el Centro Dramático Nacional, para quien trabajó como directora en 1979 y con quien chocó por su concepción de lo que tiene que ser el teatro. «Para mí el teatro es un acto de comunicación con cada espectador, efímero y vivo, y una fuente de placer que no se parece a ninguna otra cosa», dijo.
Así, la historia del teatro español de este último medio siglo queda recogida en esta obra a través de una artista, que ha recibido innumerables premios cono el Premio Nacional de Teatro en 1985, y que ha trabajado en clásicos como ‘Las criadas’, ‘Yerma’, ‘Doña Rosita la soltera’ o ‘Salomé’.
También su carrera ha pasado por la dirección, en donde destaca su versión de ‘La casa de Bernalda Alba’, estrenada en el Lyric Theatre de Londres, con Glenda Jackson haciendo de Bernarda y con la que ganó el premio a la mejor dirección del año.
Pero en su vida personal, Espert también ha atravesado por importantes baches que relata en su libro, como la muerte de su marido o la depresión que sufrió, de la que dice que la subió a un «tren a toda velocidad del que no podía bajar».
«No me he detenido mucho en la parte del trabajo del actor», justificó Espert, quien asegura no haberse «vengado» de nadie en estas memorias. «No llevo ningún peso en mi corazón porque en mi epitafio me gustaría que pusiera: ‘Una gran mujer de teatro'», concluyó.