Críticas de espectáculos

Orgy of Tolerance de Jan Fabre en el Festival de las Artes de Castilla y León

Espasmos de corrección
Obra: Orgy of Tolerance
Autor, dirección, coreografía y escenografía: Jan Fabre
Intérpretes: Linda Adami, Christian Bakalov, Catarina Nistrovic-Dravas, Annabelle Chambon, Cédric Charrón, Ivana Jozic, Goran Navojec, James Anthony Rizzi, Kasper Vandenberghe
Dramaturgia: Miet Martens
Música: Dag Taeldeman
Iluminación: Jan Dekeyser
Vestuario: Andrea Kränzlin
Producción: Troubleyn/Jan Fabre
Teatro Liceo –Salamanca- 02-06-09 – Festival Internacional de las Artes de Castilla y León
Lo políticamente correcto utilizado como campo de experimentación le da al gran creador belga Jan Fabre material para hacer un retrato demoledor de la vieja Europa, de la sociedad occidental. Su cinismo, su consumismo, su paternalismo que enmascara brotes y actitudes xenófobas, la violencia latente como estructura donde se sustenta muchas de las apariencias y de los dogmas sociales y políticos que encierran una visión del mundo y del individuo encorsetado en unas formas obsoletas y represoras.
Todo este mensaje político se deduce del propio discurso artístico, en una de esas muestras en donde la forma es la expresión del fondo, sin rupturas, y en el que el equipo actoral utiliza su cuerpo como elemento fundacional de la expresión artística, para moverse, cantar, masturbarse, amarse o bailar desaforadamente. Unos cuerpos que aparecen ataviados con vestuarios reconocibles pero con un fusil a la espalda, en una inquietante imagen que preside las casi dos horas de excitante arte escénico, de teatro elevado a la categoría de expresión actual, universal, una auténtica orgía de significados y significantes ordenados maravillosamente para provocar el placer y la reflexión. Yo diría que la adscripción.
Es un golpe de puño en la mesa, un ¡basta ya! Y se agradece estos atrevimientos estéticos y estos gritos tan acertados para despertar a la adocenada sociedad. Y adquiere mayor valor cuando la crítica alcanza al propio artista, al arte como decoración y entretenimiento banal. Una gran obra imprescindible.
Carlos GIL


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