Críticas de espectáculos

Orlando/ Haendel / La Monnaie de Bruselas

La incertidumbre del amor

Cuando empieza la obra, la casa ya está en ruinas. Los pocos tablones que quedan en pie recuerdan el incendio pasado, y en el árbol seco cercano a la entrada apenas se ve un pequeño brote de hojas nuevas en el extremo de una de sus ramas. Es la manera en que Pierre Audi –director escénico de la nueva producción de La Monnaie en este final de temporada 2011-2012- nos recuerda que cuando Orlando de Haendel comienza, todo está ya decidido, todo está ya arruinado.

Sin embargo, es del amor de lo que esta ópera trata, de la lucha por conseguirlo y disfrutarlo en paz. Y es esa lucha, esa búsqueda, la que hace que los personajes no lleguen a amarse como desearían: la incertidumbre respecto a las consecuencias y el miedo a la venganza impiden cualquier camino a la felicidad. El sentimiento de traición, de deslealtad y de impotencia ante un amor regido por el ‘fato’ y no por el libre albedrío, condicionan cada movimiento, cada canto y cada lamento de los amantes. Dorinda ama a Medoro, pero este quiere a Angélica, la cual se debe a Orlando. Este, el protagonista de la pieza –papel escrito para ‘castrato’, en este caso interpretado por Bejun Mehta-, enfurece al conocer el amor de Angélica y Medoro, y su locura desencadena los encuentros y acontecimientos de la obra, en especial el incendio de la casa de Dorinda.

Con todo ello, Pierre Audi ha tratado de montar su obra en torno a ese fuego, con su antes y su después, en un juego de inversiones a través de dos elementos: en primer lugar, unas breves proyecciones no siempre bien integradas al inicio y al final de cada acto, mostrándonos el momento cumbre de la obra: el acercamiento de Orlando a la casa y su incendio, el cual suele ser omitido en otras producciones por razones evidentes. Por otra parte, las pocas ruinas del primer acto se convierten en el segundo en una casa recién quemada aún rodeada de brasas, y posteriormente en la propia casa en construcción en el tercer acto, en el que paralelamente vemos al fondo la proyección del incendio. Sin que se llegue a captar con profundidad los juegos de vídeo y escenografía, el trabajo de Audi con los actores no acompaña su propósito: los elementos quedan disgregados alrededor de un elenco brillante que prioriza en todo caso el virtuosismo vocal exigido por una ópera barroca de este calibre al posible proyecto escénico. Los cantantes acaban dominando la escena, sus movimientos programados resultan vacuos en muchos casos, y la furia de Orlando aparece ante el espectador sin mesura ni progresión. En ese sentido, incluso la iluminación –más que notable a lo largo de la pieza- acaba cediendo al protagonismo del cantante.

Tal vez es lo que se podía prever que ocurriría en una producción en la que los intérpretes musicales abruman al resto de la distribución: la orquesta B’Rock, dirigida por René Jacobs, firma una pieza magistral, cuidada y matizada hasta el detalle, en la que solo rechina la separación de dos solistas acompañando las arias finales. La coreana Sunhae Im maravilla en su papel de Dorinda de principio a fin, con un dominio técnico y un color vocal siempre al nivel de la partitura. Sophie Karthäuser (Angelica) y Kristina Hammarström (Medora) progresan a lo largo de las tres horas y media de función, ofreciendo sus mejores arias en el tercer acto. Konstantin Wolff (Zoroastro) cumple bien su papel, siempre en diálogo con el Orlando del brillante Bejun Mehta, virtuoso del canto contratenor que en ocasiones se deja llevar por su ya conquistada posición de divo en los circuitos operísticos mundiales. La locura de su personaje, en ocasiones sobreactuada, juega en contra de algunas de las últimas arias, y aunque el ‘Deus ex machina’ final nos intenta recordar que en aquel árbol seco del inicio aún brotaba una rama con vida nueva, la puesta en escena no acaba de cerrar la pieza de manera coherente, siempre por debajo de la contundencia de la partitura musical.

 

Julio Provencio

 

 Orlando, de George Friederic Haendel

Producción: La Monnaie/De Munt, Bruselas – Dirección musical: René Jacobs – Dirección escénica: Pierre Audi – Escenografía y vestuario: Christof Hetzer – Iluminación: Jean Kalman – Vídeo: Michael Saxer – Elenco: Bejun Mehta, Sophie Karthäuser, Kristina Hammarström, Sunhae Im, Konstantin Wolff – Orquesta: Baroque Orchestra B’Rock – Estrenada el 19 de Abril de 2012.


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