El Chivato

Paco Bezerra, Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2021

El dramaturgo almeriense Paco Bezerra se ha alzado con el XXX Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela, certamen convocado por la Fundación SGAE con el objetivo de impulsar y visibilizar la creación y dramaturgia contemporánea de excelencia. ‘Muero porque no muero (La vida doble de Teresa)’ es la obra con el que el autor ha obtenido el premio en metálico de 8.000 euros, y será publicada en la colección TeatroAutor de la Fundación SGAE. Además, se incluirá en la edición de 2022 del Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas.

«Tengo un apego especial a la autoría desde el texto, más que desde la puesta en escena, por eso me alegra tanto recibir un premio literario como el que acaban de anunciarme desde la Fundación SGAE», apunta el autor andaluz, que considera que los reconocimientos «ayudan y te colocan en la primera línea de la escena dramática actual». «En cierto modo, este premio te valida como autor, entras en el circuito de los autores más representativos», considera el escritor, recordando cómo el parón de la pandemia fue buen acicate para rescatar el texto y volver a «medirse y batirse con la dramaturgia española: he sacado la cabeza por encima de más de trescientos textos, estoy muy contento».

Y continúa dándonos pistas sobre su «juguete durante el confinamiento», la historia de una santa que falleció el mismo día que nació el autor Jardiel Poncela, con el que hoy se alza como texto ganador. «Pero esto de que Enrique viniera al mundo el mismo día en el que Teresa lo abandonó, yo no lo sabía. De hecho me enteré hace poco leyendo un libro. De repente, me topé con el dato. Qué curioso, pensé. Y, a los días, me llaman para comunicarme que he ganado el premio. Extraña sincronía», confiesa Bezerra.

Un jurado presidido por la dramaturga Marta Arán y compuesto por las autoras Olatz Beobide, Diana I. Luque, Patricia Pardo, Cristina Rojas, Laura Rubio Galletero, Nuria Vizcarro, Eva Zapico y los dramaturgos Jorge Márquez, Toño Pinto, Homero Rodríguez y Artur Trillo ha elegido esta obra de entre un total de 305 textos presentados. El jurado ha destacado la capacidad sorpresiva de este monólogo, su narrativa llena de libertad y saltos temporales, que profundiza en la vida de la santa y en cómo afrontaría un regreso a la vida actual y sus peripecias: «El texto habla de Santa Teresa, pero también del arte, de cómo se crean y se utilizan los símbolos y de algún modo habla de todo, capaz de generar grandes imágenes escénicas y acciones. Un planteamiento arriesgado, original e imaginativo que revisita un personaje histórico sobre el que el autor se permite fabular para viajar de lo particular a lo universal y de lo místico a lo prosaico».

La obra, que pivota sobre la figura de Teresa de Jesús y cómo sería su regreso a su España natal hoy en día, surgió de un encargo al autor de la Fundación V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús. «Era el año 2014 y los organizadores del evento me contactaron para realizar el texto sobre el que se sustentaría la puesta en escena del espectáculo teatral dedicado a la santa. Pero, por distintas razones, el proyecto terminó herido de muerte y yo, pesaroso, tuve que enterrarlo cinco años en un cajón», recuerda. No sería hasta el confinamiento de 2020 cuando Bezerra retomara la escritura de esta pieza: «Paco, se me acaba de ocurrir una idea, algo que podrías hacer conmigo. Levántate de la cama y acompáñame, me dijo la obra. Y eso hice, salí de mi dormitorio y seguí a la obra por el pasillo de casa; sin sospechar que, al llegar al salón, me encontraría con el cadáver descuartizado de Teresa. La historia tiene que comenzar así, pensé, con Teresa despedazada. Y, acto seguido, me coloqué de rodillas, sobre el suelo, y, miembro a miembro, me puse a recomponer el cuerpo de la de Ávila», explica.

Una santa descuartizada en busca de un nuevo hogar que le permita recuperar sus partes incorruptas protagoniza ‘Muero porque no muero (La doble vida de Teresa)’, un texto surgido del silencio, la paz interior y un proceso disciplinado de escritura: «Como un monje, me levantaba con la aurora y, en ayunas, me ponía a escribir hasta llegado el mediodía. Paraba para comer algo, una pequeña siesta y a seguir escribiendo hasta la noche. Todos los días lo mismo. Ayuno hasta el mediodía, silencio y escritura. La paz interior que experimenté aquellos días era infinita», relata Bezerra.

La casa de Bezerra, convertida en un templo en el que conocer más de Santa Teresa y transfigurarla era su único propósito: «La tarea me llevó meses, pero, qué duda cabe, me sirvió de salvavidas para afrontar el hastío del encierro. Cuando nos dejaron volver a salir a la calle, Teresa no solo estaba reconstruida, sino que podía hablar y moverse sin problema. Sin pretenderlo, me había convertido en el doctor Frankenstein y Teresa era mi criatura: un ser independiente, con voz propia, y al que había llegado la hora de dejar marchar».


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