El próximo miércoles, 15 de enero a las ocho de la tarde en la sala de exposiciones «Cafe Español» del Ayuntamiento de Oviedo tendrá lugar la inauguración de la exposición «Una mirada al margen», muestra de fotografías sobre los espectáculos de la compañía Teatro Margen desde 1986 a nuestros días del fotógrafo Paco Paredes. Esta exposición se enmarca dentro de los actos que Teatro Margen ha preparado con motivo de los veinticinco años en escena. Son un total de 164 fotografías en color y blanco y negro. Tal y como explica la propia compañía en el programa de la exposición: «Nada tan perecedero como el teatro, nada tan irrepetible. Una representación pasa como pasa la vida y ya no tenemos ese momento mágico en un teatro concreto con un determinado público del que debemos despedirnos tras unos aplausos que suenan a redoble de campanas: ¡el tiempo…! En el escenario el tiempo lo manipulamos a nuestro antojo, es flexible, moldeable, medible. Lo dominamos, lo sometemos porque conocemos su medida, sentimos su ritmo, está en nosotros, lo llevamos dentro. El otro, el de la vida, ése se nos escapa resbaladizo de entre las manos. Parece que no pasaron los años. ¡Veinticinco! Pero qué rápido pasan, día a día y a borbotones incontrolados, aquí en el patio de la vida. Allí, en el escenario todo es más poético. ¡un paso de tiempo! y todo fluye sereno, medido, ensayado hacia el desenlace previsto.
Desde hace quince años venimos repitiendo cíclicamente una frase: «¡Hay que llamar a Paco! Esto sucede unos días antes de cada estreno. Cuando suena la frase todos nosotros en Margen sabemos que se trata de llamar a Paco Paredes, nuestro fotógrafo. Y aparece Paco y su mirada nos acompaña en cada ensayo general. Paco el fotógrafo, el amigo, el profesional. El artista llega al patio de butacas con el sigilo del cazador a la selva. Con las armas en guardia y las yemas en los gatillos con la mirada fría, y se escurre por el proscenio a la caza del gesto, del conflicto, de la acción, del susurro, de la sutileza. Paciente y sabio, evita el trazo grueso, selecciona minuciosamente a la presa; no gusta del bocado fácil del trampero Es un sibarita y, como el coleccionista, sabe apreciar la rareza. A veces se muestra perezoso, soberbio ante las grandes piezas, seguro de que cuando salte la magia, por menuda que sea, la atrapará con su técnica de felino.
Desde hace quince años que nos retratara en «Riego» ya no nos separamos. Somos un matrimonio perfecto, nos citamos como amantes y no convivimos bajo el mismo techo: sólo nos une el arte, que es el sexo menos posesivo de todos los sexos. Gracias a su arte nuestro trabajo, nuestro oficio se perpetúa, lo reconocemos, nos reconocemos en su mirada al margen. Gracias Paco Paredes por tu mirada… como tú, desde lo «mentira del arte», seguimos buscando la verdad«.
