Fascinación y miseria
Obra: Paradero desconocido
Autora: Katherine Kressmann Taylor
Intérpretes: Kike Díaz de Rada, Isidoro Fernández, Pello Ramírez, Iñaki Salvador
Escenografía: Fernando Bernués, Edi Naudó
Música original: Pello Ramírez, Iñaki Salvador
Dramaturgia y dirección: Fernando Bernués
Producción: Tanttaka Teatroa
Arriaga Antzokia – Bilbao- 30-04-04
Sobrecoge el peso moral de una venganza fría y calculada. La identificación ante un acto de esta entidad por parte del débil, del bueno, del que se puede identificar el espectador en términos generales, provoca una complicidad ante un acto de venganza cruel, con la muerte o desaparición del amigo y socio convertido al nazismo hitleriano, por el socio judío al que la cobardía de su amigo había conducido a la muerte a su hermana. Asistimos a una metamorfosis primero por la fascinación ante la demagogia del líder recién llegado al gobierno, y después en una degeneración miserable hacia la participación directa, ciega, fruto de un acomodo material y de una negación intelectual, en la sangría bárbara e imperialista.
Teatro de ideas, de personajes, de complejidades. Teatro pausado, donde el espacio escénico, el sonoro y el plástico producen una sensación de intimidad, de tranquilidad que propician la confesión, para que esas cartas que se escriben los dos protagonistas se vayan convirtiendo en verbo escénico de tal manera que su progresión lleva a la emoción más racionalizada. Los argumentos, las anécdotas, las peripecias, se convierten en mensajes universales, y los desarrollos de los personajes que realizan la pareja de actores consigue un grado de acercamiento, credibilidad, sinceridad, que el juego dialéctico llevado con tal precisión en intenciones, tensiones y carga de recursos interpretativos, es un ejercicio superior.
Un muestra de gran teatro, sin estridencias, sin dogmatismos, minuciosamente trabajado en sus detalles, con la presencia de dos músicos en escena incorporados perfectamente en la dramaturgia, subrayando o trazando una línea sensitiva a base de ambientes. En su conjunto una grata sensación de haber asistido a una excelente acto artístico de gran contenido cívico.
Carlos GIL
