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Pata Teatro estrena ‘El árbol de mi vida’ en Málaga

La compañía malagueña estrena el próximo domingo (3 de marzo de 2013, 12.00 horas) en el Teatro Alameda el espectáculo familiar ‘El árbol de mi vida’ una creación que habla «con tono amable y positivo, cariños y divertido de los recuerdos que vamos guardando de todo lo que vivimos con las personas con las que crecemos» añaden desde la compañía.

‘El árbol de mi vida’ es una producción encargada por Grupo ASV Servicios Funerarios a la compañía malagueña Pata Teatro dentro de su proyecto Observatorio del Duelo. El principal objetivo ha sido crear una obra de teatro sobre el ciclo de la vida y la muerte y que fuera una herramienta para hablar del tema en el contexto de un público familiar y/o intergeneracional y/o educativo. La compañía malagueña asegura que con este espectáculo se busca «contribuir a la normalización de uno de los grandes tabúes de la sociedad actual: la muerte».

Este espectáculo recomendado para niños de entre seis y doce años gira en torno a los recuerdos que permiten «que una personas siempre esté con nosotros, tiene como protagonista a una chica a la que le gustaba recordar. Se sentaba bajo el árbol, el árbol de los recuerdos, donde ella y él se dieron su primer beso.

En las hojas del árbol se reflejaban todos los momentos de su vida: el nacimiento de él, el recuerdo de su señorita Matilde en la Escuela, cómo se conocieron él y ella en la tienda de las macetas, cómo empezaron su vida juntos, las chiribitas que se reflejaban en sus ojos al contarle que iba a nacer pequeñín, el brillo de las estrellas que les abrigaba con su luz . . . Ahora, que ella ya era mayor, le gustaba recordar todos esos momentos. Hacía tiempo que él murió. Y ella, al principio, se sentía muy triste. Sabía que ya no habría más risas con él, más chiribitas en sus ojos, . . .

Un día se encontró sentada bajo su árbol y empezó a recordar, y se acordó de que todos esos momentos estaban guardados en su memoria, y que aunque él ya no estaba junto a ella, pues no lo podía tocar, ni ver, ni hablar, él seguía vivo dentro de su corazón.


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