Críticas de espectáculos

‘Pedro y el capitán’/Benedetti/Inconstantes Teatro

Merecer la victoria

Mario Benedetti escribió ‘Pedro y el Capitán’ en 1979. De su extensa producción literaria, sólo se asomó en cuatro ocasiones al teatro, una de ellas, para abordar el problema de la tortura. Hacer un poco de memoria sobre la situación política existente en su Uruguay natal y en el conjunto del Cono Sur, durante la segunda mitad de los años setenta, nos muestra las razones que impulsaron a Benedetti a escribir una pieza cuyas claves él mismo se encarga de señalar en el lúcido prólogo que acompaña al texto.

Cuando se cumplen diez años de la ignominia de Guantámano, cuando continúa la crueldad en los territorios palestinos y en tantos otros lugares, tal vez no tan lejanos (ahí están los informes de Amnistía Internacional), el texto de Benedetti, más que seguir plenamente vigente, resulta imprescindible.

La propuesta que presenta Inconstantes Teatro, selecciona bien el punto de vista, nos trae acertadamente lo esencial del discurso de Benedetti, pese a algún aspecto discutible de la puesta en escena. La obra no nos muestra el enfrentamiento entre un hombre y un santo, sino entre dos seres humanos de carne y hueso, con sus debilidades y sus fortalezas. La distancia entre ambos es ideológica y de ahí arrancan todas las diferencias entre ellos. Pero hay algo más, de lo que habla también Benedetti en su prólogo. ‘Pedro y el Capitán’ no es una obra derrotista y lloriqueante, no busca inspirar lástima, intenta simplemente recuperar la objetividad como una forma de merecer la victoria. Por eso Pedro vence a su interrogador, al Capitán, mientras agoniza.

La puesta en escena recoge todo esto y lo hace evidente a través de un notable trabajo interpretativo de Chete Lera y Jorge Muñoz. La obra va ganando en intensidad en cada una de sus partes, alcanzando su cima en un magnífico final en el que vemos la derrota (casi humillante) del Capitán. Sin embargo, Emilio del Valle introduce algunos elementos que restan más que suman. Resta plantear la acción en un espacio que crea cierta sensación de irrealidad (lo concreto añade verosimilitud al drama); restan los sacos de boxeo que simulan un cuadrilátero (en ocasiones pesa más el continente que el contenido), y restan la megafonía y el saxofón (salvo en las transiciones) de la primera parte.

En suma, teatro bien hecho que no elude el compromiso.

Obra: PEDRO Y EL CAPITAN

Autor: Mario Benedetti.

Compañía: Inconstantes Teatro.

Intérpretes: Chete Lera, Jorge Muñoz y Alberto Guio.

Saxofón: Alberto Guio.

Escenografía: Emilio del Valle y Cecilia Molano.

Iluminación: José Manuel Guerra.

Vestuario: Cecilia Molano.

Dirección: Emilio del Valle.

Teatro del Mercado (Zaragoza)

5 de abril de 2012


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